UPN y PSN batieron ayer un récord con el apretón de manos consumado por sus respectivos líderes, Miguel Sanz y Roberto Jiménez. Sería difícil encontrar un año en el que se haya cerrado con tanta facilidad un pacto presupuestario. El segundo socio del Gobierno, CDN, no participó en la comparecencia.

La atención estaba centrada en el modo en que el secretario general del PSN justificaría este acuerdo, el segundo consecutivo. Jiménez recurrió a la situación económica para argumentar que su partido deseaba esta vez evitar «debates estériles que serian un flaco favor».

«Es más difícil acordar que no acordar. Acordar es amor a esta tierra, a sus ciudadanos. Acordar exige esfuerzo, diálogo e imaginación -indicó Roberto Jiménez-. Los socialistas hemos puesto lo mejor de nosotros mismos en esto. Queremos poner en valor lo que nos une, no lo que nos separa».

«Llamen ustedes a Fomento»

Tras estrechar sus manos y firmar los documentos de los presupuestos, la primera pregunta de los periodistas levantó un leve rifirrafe. Al planteársele el motivo por el que no se ha firmado aún el acuerdo de financiación del TAV entre los gobiernos de Iruñea y Madrid, Miguel Sanz criticó al PSOE. «Si ustedes quieren saber más de esto, tendrán que llamar a Fomento. No estaría mal que ustedes presionaran a Madrid», llegó a decir a los informadores. «Nosotros estamos todos los días reclamándolo», añadió Sanz.

Jiménez tomó la palabra entonces para salir en defensa del Gabinete de Rodríguez Zapatero: «Tengo la firme convicción de que eso se va a firmar pronto. Se está haciendo un esfuerzo por que se plasme de manera rápida y eficaz el acuerdo», dijo, y recordó que en Aragón ya se están licitando las obras.

Miguel Sanz bajó entonces el tono: «Mi obligación es creer lo que dijo el señor Zapatero», es decir, que habrá convenio y que será pronto. Y, salvada la discrepancia, Sanz y Jiménez volvieron a sonreírse.