El Baskonia, que fue capaz incluso de correr más que el siempre acelerado Joventut, parece haber alcanzado la velocidad de crucero deseada por Ivanovic y ya ha tomado la delantera del pelotón de la ACB. Con dos jugadores fundamentales como Rakocevic y Splitter completamente encanchados, los azulgranas obtuvieron la séptima victoria de la temporada y, de paso, dejó un recadito de cara al partido de Euroliga de la próxima semana.

A pesar de que casi desde el inicio fue por delante en el marcador, al Baskonia le costó encontrarse cómodo en el acelerado juego de correr y tirar presentado por la Penya. Igor Rakocevic volvió a demostrar que está en un momento de forma increíble, con números de escándalo en el primer cuarto, pero su acierto ofensivo se vio nivelado por otro jugador entonces en vena como Bracey Wright, que fue el sustento ofensivo del equipo badalonés.

Aunque la superioridad interior fue muy importante en rebotes y luego Splitter se salió, no se vio del todo refrendada en ataque, en buena parte porque entrar en la dinámica impuesta por los de Sito Alonso le hizo perder siete balones.

En una primera parte de rachas, al Baskonia le faltó estar algo más intenso atrás para pegar en el marcador el tirón que sí había en estadística. El desequilibrio en este sentido fue importantísimo al término del segundo cuarto, ya que mientras el marcador señalaba un 46-52, la diferencia en valoración era de 15, 46-61 para los azulgranas.

Mejor tras el descanso

Como siempre, la mejoría y la posibilidad de abrir hueco llegó en cuanto los gasteiztarras consiguieron asentar y cerrar más su defensa, dejando al Joventut con el único recurso de su tiro exterior. Frenado Wright, con un gran Vidal, a los badaloneses se les apagaron las luces, mientras que en el Baskonia hubo mucha menor dependencia.

Y es que, en cuanto Rakocevic bajó a baremos anotadores más terrenales, allí estaba Pablo Prigioni para liderar el ataque bien anotando o generando jugadas para otro estilete como Teletovic, que apareció en los minutos finales para no permitir la reacción de los locales.