Maider IANTZI

«¿Serías partidaria/o de que para la mejora de Herrera se evitase la construcción del vial que sobrevuela el barrio y se preservase la totalidad de la plaza como espacio libre de ocio y esparcimiento, sin construir más viviendas?». Esta es la pregunta lanzada a las y los herreratarras el fin de semana en la consulta sobre la rehabilitación, convocada por la Asociación de Vecinos. Hubo gran participación (el 37% de las 1093 viviendas) y la respuesta de casi el 100% de los votantes fue afirmativa.

Una de las organizadoras, Isa Pac, explicó a este diario que desde primeros de año se concentran todos los viernes frente al Ayuntamiento para protestar contra unas obras que, a su entender, los entierran. Se trata de un vial que «sobrevuela literalmente el barrio» y unas viviendas que los mandatarios quieren construir «en el único espacio libre que nos queda»: la plaza San Luis.

Uno de los argumentos del alcalde, Odón Elorza, es que esta reivindicación «viene tarde». Al respecto, Pac aclaró que se lleva haciendo desde la puesta en marcha del proyecto, hace 17 años. También quiso señalar que es una pelea plural, en la que participan todo tipo de vecinos del barrio.

Un agradable olor a caldo impregnaba el Club Deportivo. Era casi la hora de comer y los socios preparaban un lunch, mientras que numerosas vecinas y vecinos entraban a depositar su voto. Habían habilitado también otra urna para recoger los apoyos de personas que no duermen en Herrera pero que de una manera u otra están vinculadas al barrio. En total se contaron 658 votos, de ellos 408 de Herrera y 250 de apoyo.

«No es normal construir una carretera encima de las casas. Además, ya hay bastantes viviendas. Nos han quitado zonas verdes y estamos hartitos con las obras», declaró Lourdes. «El plan es una chapuza y lo han hecho a escondidas. ¡A saber que es lo que se cuece en el Ayuntamiento!», comentó Unax. Otro vecino se quejó porque se utiliza el barrio para solucionar problemas ajenos, olvidándose de los que viven aquí. Todos ellos coincidieron en apuntar que están muy castigados desde hace años y que su calidad de vida está en juego.