Caminar en travesía montañera-senderista por la costa vasca supone un ejercicio emocionante, un espectáculo que conjuga el mar y la montaña. Esta propuesta contribuye a seguir descubriendo el litoral guipuzcoano, en esta ocasión en los confines del territorio, con una excursión relevante, desde Deba a Saturraran y regreso, cerrando el circuito, por la rasa mareal de «las siete playas», al pie de los altos acantilados que desde el arenal de Saturraran llegan hasta Mutriku.

La estación de Euskotren en Deba es el inicio de este «Ibiliz». Justo detrás se sitúa el viejo puente sobre el Deba, actualmente peatonal que se debe cruzar, hasta situarse el mendizale en la margen izquierda del río. Tras unos metros por la carretera, en las primeras casas a la izquierda nace una pista hormigonada, donde observaremos las marcas blanquirrojas del GR vuelta a Gipuzkoa, que serán el hilo conductor. Pronto el cemento da paso al camino de monte, que inteligentemente gana altura, en un escenario natural de los que hacen afición y que nos recuerda a otros de la costa, especialmente al del monte Ulia. En los claros del bosque que se recorre se domina el mar Cantábrico. Tras superar el alto de Mutriku con zonas de caseríos y granjas, la ruta, bien señalizada con postes y balizas, pierde altura por San Juan y Arrilabain, Ametza y restaurante San Juan hasta dominar Mutriku con su nuevo y polémico puerto.

Se llega en paseo hasta los muelles adelantados. De nuevo la marcas blanquirrojas conducirán al excursionista hasta la piscina natural, en el extremo del muelle e iniciará subida hasta la ermita San Nicolás. (Existe una variante desde el mirador de punta Kardala, muy recomendable).

La segunda parte de la excursión llevará al montañero desde Mutriku hasta la playa de Saturraran, siguiendo las marcas del GR dado que fincas cerradas impiden caminar, como sería deseable, por el borde del acantilado. A pesar de ello, la caminata es agradable, con el océano como telón de fondo. Remonta el ancho camino, en ocasiones asfaltado, con referencia unos invernaderos, serpenteando hasta el camping Santa Elena, primero, y el de Galdona después. Entre el último camping y el caserío de ese nombre se sigue la pista que se convierte en sendero y entre bosque, en el primer cruce a la derecha, se abandona la senda forestal, cuando ya se siente la carretera de la costa sobre el vallecito donde se sitúa la playa de Saturraran, donde se llega tras superar el bar Txiringuito.

La gran novedad y originalidad de esta propuesta es la travesía final por la extensa rasa mareal, «las siete playas» que une Saturraran con Mutriku. Es imprescindible jugar con las mareas, y tener en cuenta que las aguas suben hasta la base de los altos farallones y pudieran bloquear al caminante. Completar este recorrido es novedoso, fantástico, diferente y sensual. En el extremo derecho de la playa, unas escaleras colocan al excursionista en la rocosa rasa. Unos metros delicados por que la roca tiene mucho verdín, colocan al montañero en zona fácil. Durante dos horas andará, levantando la vista y entusiasmándose con los feroces acantilados de este conservado sector del litoral vasco o visionando la extensa plataforma hacia el mar inmenso y atrayente. Unas escaleras finales elevan al excursionista hasta el mirador de Kardala, y el último ejercicio es pasear por las estrechas calles de la villa marinera, para en lo alto, tomar el autobús de línea que conducirá al mendizale hasta Deba.