El partido de Hugo Chávez ganó la mayoría de las gobernaciones en las elecciones regionales del domingo en Venezuela, pero la oposición venció en los dos principales estados del país y en la capital, Caracas.

«La victoria es hoy de Venezuela. Se ratifica el camino democrático que el pueblo ha escogido», afirmó Chávez en una intervención en la sede donde el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) montó su cuartel general. El presidente afirmó que las elecciones «demostraron que aquí hay un sistema democrático y que aquí se respeta la decisión del pueblo», al tiempo que calificó de «gran victoria» los resultados obtenidos por sus candidatos.

Chávez felicitó a los aspirantes opositores que triunfaron, de quienes dijo esperar que gobiernen «con honradez, respetando al Gobierno y a las instituciones» y acatando la Consti- tución y la autoridad del jefe del Estado, y señaló que los resultados de los comicios le impulsan a seguir con el proyecto de establecer el socialismo en Venezuela. Insistió en que la jornada electoral «derrumba» las tesis esgrimidas por algunos, dentro y fuera del país, de que en Venezuela hay un Gobierno dictatorial.

Según los datos ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el PSUV, que aglutina a los movimientos que apoyaron la reelección de Hugo Chávez en 2006, recuperó los estados de Trujillo, Aragua, Guárico y Sucre, en manos de disidentes del chavismo que se pasaron a la oposición, y mantuvo Barinas, tierra natal del presidente.

En una intervención poco después de conocerse los resultados, el PSUV celebró la recuperación del control de cuatro estados en manos de la oposición por «traición» de algunos dirigentes y su presidente, Alberto Muller, indicó que ha ratificado su condición de «primera fuerza del país».

La oposición, según la CNE, mantiene los dos estados que consiguió en las regionales de hace cuatro años, el rico y petrolero de Zulia y Nueva Esparta, en el oriente venezolano, y arrebató Miranda, que engloba barrios caraqueños, al oficialismo.

También venció en Táchira, hasta ahora en manos chavistas, y en Carabobo, gobernado por un disidente del chavismo. Zulia y Miranda están considerados como los estados más importantes del país por su peso económico y cuya población suma más de 6,6 de los 28 millones de habitantes de Venezuela.

La oposición se hizo también con la Alcaldía Mayor de Caracas, que estaba en manos chavistas, en unas elecciones que arrojaron una participación del 65,45%, la más alta registrada en unos comicios regionales y locales en Venezuela.

En general, según una proyección realizada por el partido vencedor, el PSUV obtuvo unos 5.600.000 votos, más de un millón de votos por encima del resultado obtenido en el referéndum constitucional de 2 de diciembre de 2007, mientras que la oposición consiguió menos de cuatro millones, unos 300.000 por debajo de lo alcanzado en aquella cita electoral.

«Trabajar juntos»

El dirigente opositor Henrique Capriles Radonski, que venció en Miranda con un 52,56% de los votos, aseguró que no pretenden «pelear» con el Gobierno nacional y anunció el inicio de «una nueva etapa de esperanza». «Somos un país que estamos cansados de la peleadera, de la división. Las nuevas autoridades (opositoras) estamos dispuestas a trabajar coordinadamente con nuestro pueblo, con el único interés de que la gente pueda vivir mejor», añadió.

En la misma línea se expresó Pablo Pérez, gobernador electo de Zulia, quien dijo que «respetará al Gobierno nacional y exigimos respeto para el Estado de Zulia». Agregó que «vamos a trabajar con el Gobierno nacional, lo que nos importa es el Estado de Zulia».

También el nuevo alcalde del municipio Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, quien ya gobernó la capital en la década de los 80 con el partido socialdemócrata Acción Democrática (AD) señaló que gobernará con «amplitud» e invitó al presidente Chávez a «trabajar juntos para rescatar del caos y de la anarquía» a Caracas. Tras dedicar su triunfo a «los más humildes», subrayó que en el proceso electoral sólo «deben sentirse derrotados el hampa», los corruptos y los funcionarios públicos ineficientes.