El informe de Ernst&Young sitúa «el patrimonio neto de la Real a 31 de diciembre del 2007 en importe negativo de 24 millones», tras realizar una serie de ajustes sobre los criterios contables utilizados por los anteriores Consejos.

El principal es que los 12.275.000 euros dados por la Diputación a Astiazaran con la excusa de Zubieta XXI «deben contabilizarse en veinte ejercicios a partir del momento en el que empieza su uso en marzo de 2004; y no cuando fueron reconocidos como ingresos cuando fueron cobrados 2.404.000 euros en la temporada 2000-01, 9 millones en la 2002-03 y 871.000 en la 2003-04».

Por ello, a 31 de diciembre del 2007 se quitan diez millones para incluir en futuros presupuestos. Los nueve de la 2002-03, la del subcampeonato, fue una aportación de Diputación para cuadrar aquel presupuesto, pagar a los jugadores y mantener el equipo para jugar la Champions el año siguiente.

La segunda cantidad que se ajusta son los cinco millones que el Consejo de Astiazaran incluye como ingresos en la temporada 2003-04 para cuadrar el presupuesto. Es un acuerdo de publicidad por el que la Real recibe 500.000 euros de Kutxa durante diez años. Badiola dijo en la Junta que esa cifra bajaba a 50.000 euros en caso de descenso a Segunda, pero no dijo que sus predecesores ya habían llegado a un acuerdo para mantener los 500.000 a cambio de publicitar a los equipos de la cantera.

La tercera cantidad importante son los cinco millones de la opción de Media Pro que el Consejo de Fuentes cobra y registra en la temporada 2005-06. Es una cantidad que no hay que devolver y que perfectamente puede ser incluida en ese ejercicio, tal como aceptan los administradores concursales, aunque éstos se decantan por un criterio de prudencia contable para aceptar lo manifestado por la due diligence y facilitar el trabajo a los que vayan a sustituir a Badiola.

El valor de los jugadores

Por eso los administradores concursales aceptan todas las cantidades que recoge la due diligence excepto los cinco millones cobrados e imputados como ingresos por el seguro de Peiremans, la mayoría antes de la 2001-02 y cuya anulación se rechaza en un informe de los concursales que deja en evidencia la cuarta partida más importante esgrimida para presentar fondos propios tan negativos.

Así se recogen casi cuatro millones como «provisión por depreciación de los derechos de traspaso contabilizados como inmovilizado inmaterial, de acuerdo con la valoración realizada por la Liga Nacional de Fútbol facilitada por el presidente de la Real Sociedad». Lo que no aporta Badiola es el valor que esas tablas de la LFP da a los jugadores de la cantera, que tradicionalmente no han sido valorados en el balance de la Real hasta la llegada de los administradores concursales, que en su informe sí recurren a ese Comité de Valoración para valorar a los jugadores en 18 millones de euros. De haberse cuantificado a los jugadores de la cantera a 31 de diciembre, el balance del club en ese momento habría sido radicalmente diferente.