Lurmen S.L., la empresa encargada de explotar el yacimiento de Iruña-Veleia hasta la pasada semana bajo la dirección del arqueólogo Eliseo Gil, comenzó a hacer pública ayer mediante su página web (www.veleia.com) parte de la documentación en la que se han basado para ubicar cronológicamente los hallazgos que tanta expectación crearon en su día y que, tras el informe oficial dado a conocer la semana pasada, han sido tachados de fraudulentos. Según la versión de una fuente cercana al propio Gil, al hasta ahora responsable de Iruña-Veleia no se le habría permitido presentar esta documentación ante la comisión de investigación auspiciada por la Diputación de Araba.

En este informe, que es el primero de los que en días venideros previsiblemente se harán públicos, se citan los primeros resultados de datación por Carbono 14, relativos al primer conjunto de grafitos encontrados en la denominada Domus de Pompeia Valentina. En un documento muy técnico, se ofrecen datos de sus investigaciones en cuanto a la datación del material encontrado en el recinto, cuyos resultados, se apunta, «nos ofrecen un arco cronológico máximo entre la segunda mitad del siglo I a.C. y la segunda mitad del siglo IV d.C.», pero «en ningún caso serían dataciones post-romanas». En lo que se refiere a las inscripciones, y que son las que se ponen en entredicho, se alega que «carecemos por el momento de explicaciones satisfactorias para entender y/o explicar el fenómeno de estos llamados graffiti excepcionales -en particular en lo que se refiere a sus contenidos e interpretación-, lo cual, por otra parte no debiera de extrañarnos en una disciplina como la nuestra que, en la mayor parte de los casos, proporciona más incertidumbres que certezas».

Defender su profesionalidad

Por su parte, seis trabajadores de Lurmen S.L. se quejaron ayer de que el pasado jueves no se les permitió acceder a su puesto de trabajo. En un comunicado, estos operarios aseguraron que «nos sentimos víctimas de una situación que todavía no alcanzamos a entender» y afirmaron tener «la sensación de habernos convertido en delincuentes, sin tener constancia de haber cometido ningún delito». En ese sentido, insistieron en que «nos hallamos ante una situación física, anímica y mental de total desamparo». «Parece que se han olvidado de nosotros y de que sus decisiones nos han dejado en un limbo laboral, humillados públicamente».