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Temporal de lluvia, viento y nieve

Se normaliza la situación en ríos y carreteras, pero llegan las heladas

Después del fuerte temporal de lluvia, viento y nieve del día anterior, a lo largo de la jornada de ayer se fue normalizando la situación en las carreteras y ríos de Euskal Herria. No obstante, y aunque todas las vías de circulación quedaron abiertas para el mediodía, por la tarde-noche volvió a nevar y se hacía necesario el uso de cadenas en los puertos de Opakua y Bernedo. Para hoy se prevén heladas generalizadas, por lo que se recomienda extremar las precauciones.

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GARA | IRUÑEA

Después de las intensas precipitaciones de los últimos días, durante la jornada de ayer disminuyó el nivel de los ríos vascos. La única excepción fue el Ebro, cuyo nivel ha aumentado de forma considerable pero se encuentra lejos de alcanzar una situación de riesgo.

En Gipuzkoa, el territorio más afectado en la jornada del lunes, disminuyó el nivel de los ríos en todas las cuencas y la Diputación levantó la alerta por riesgo de inundaciones salvo en el caso del río Ibaieder.

Uno de los temores del día anterior era que se produjeran inundaciones en zonas costeras coincidiendo con la pleamar. Sin embargo, el diputado foral de Desarrollo Sostenible de Gipuzkoa, Carlos Ormazabal, restó ayer importancia a esta circunstancia. «Tal y como han demostrado estudios realizados recientemente, la influencia de las mareas no incide en posibles inundaciones», aseguró.

Sus estimaciones fueron ratificadas en Donostia por los concejales de Agua y Saneamiento y de Seguridad Ciudadana, Alberto Rodríguez y Ernesto Gasco, respectivamente. «La situación de alerta a consecuencia de las lluvias de los últimos cuatro días ha disminuido, de manera que todo está bien y controlado», señalaron.

Aun así, aconsejaron a los vecinos del barrio de Martutene que no estacionasen los vehículos cerca del caudal del río Urumea hasta que la Guardia Municipal diese su autorización.

A pesar de que las previsiones habían anunciado que ayer continuaría el temporal, éste no se hizo notar hasta bien entrada la tarde. Las fuertes rachas de viento fueron constantes a lo largo de todo el día, pero la nieve no llegó hasta casi las 20.00. A esa hora cuajó una ligera capa en Gasteiz.

En lo que respecta al río Urumea, desbordado el día anterior a su paso por Hernani y Astigarraga, situó ayer su caudal a 1,48 metros, cuando la pre-alerta se activa al llegar a 1,50 metros y la alerta a los 1,80 metros. La normalidad también llegó al río Deba, que el lunes se había salido de cauce a su paso por Bergara.

Sin restricciones del Añarbe

Uno de los mayores temores derivados del temporal fue que Donostialdea se quedase sin suministro de agua a causa de una avería provocada en las conducciones de Aguas del Añarbe. La avería llegó a consecuencia de un derrumbamiento en las obras del Segundo Cinturón de Donostia, pero la alarma desatada en un principio resultó infundada. De hecho, no ha habido ninguna restricción en el abastecimiento domiciliario de la capital guipuzcoana, ya que, según informó el concejal de Agua y Saneamiento, el embalse de Añarbe tiene capacidad de suministrar agua a lo largo de 24 y 30 horas después de una reparación provisional.

Tras una noche de trabajo ininterrumpido, a primeras horas de la mañana se restableció el suministro a los depósitos de agua potable que abastecen a los 306.000 habitantes de los diez municipios que componen la Mancomunidad del Añarbe.

«El único suministro que se ha cortado es el referente al riego de jardines y limpieza de calles, pero la avería en ningún momento ha afectado a los ciudadanos», precisó Rodríguez.

La situación también se normalizó en Nafarroa. En concreto, quedó abierta al tráfico la carretera NA-2410, que el día anterior había quedado cortada a su paso por Zamartze debido al desbordamiento del río Arakil. También hubo cortes de tráfico, debido a desprendimientos, en la carretera de acceso a Luzaide y en la NA-4020, entre Igantzi y Arantza, pero ayer ya estaba normalizada la circulación.

A última hora, el temporal de nieve afectó a los puertos de montaña situados en la mitad norte del herrialde. Las previsiones meteorológicas habían anunciado el descenso de la cota de nieve a los 300 metros, pero las precipitaciones fueron mucho menores que el día anterior. Esta circunstancia, unida a la labor de las máquinas quitanieves, hizo que la normalidad fuera la tónica dominante durante casi toda la jornada.

Desde primeras horas de la mañana, un total de 74 equipos quitanieves esparcieron sal en los puntos más problemáticos. Horas después el Gobierno informó de «normalidad» en todas las carreteras navarras, pero mantuvo el nivel de alerta en previsión de precipitaciones.

La misma situación se produjo en Araba, donde el tráfico estuvo normalizado hasta el rebrote del temporal una vez que había oscurecido. Las únicas recomendaciones de circular con precaución se mantuvieron en la N-I, entre Gasteiz y Miranda, y en la A-2128, entre Kontrasta y Santa Cruz de Kanpetzu.

Bajan las temperaturas

El hielo se presenta hoy como el principal factor de riesgo en las carreteras vascas. Según los servicios de información meteorológica, los termómetros descenderán por debajo de los cero grados en muchos puntos de Araba y Nafarroa. En Iruñea y Gasteiz se situarán en -2 grados, y en localidades como Izaba la previsión es de -6 grados.

Debido a este descenso generalizado de las temperaturas, las instituciones de estos dos herrialdes han recomendado extremar hoy las precauciones en todas las carreteras.

El temporal también afectó al litoral vasco, donde hubo olas que sobrepasaron los cinco metros de altura.

AGUA

Los ríos Urumea, Deba y Arakil, que se habían desbordado el día anterior, volvieron ayer a su cauce. El suministro a los municipios de la Comunidad del Añarbe no se interrumpió pese a la avería provocada por un desprendimiento.

nieve

Todos los puertos de montaña de la red viaria vasca quedaron abiertos al tráfico durante la mañana de ayer. Por la tarde-noche volvió a nevar y se hacía necesario el uso de cadenas en los puertos de Opakua y Bernedo. En Gasteiz cuajó una fina capa.

viento

Las precipitaciones se situaron ayer en niveles más bajos que los previstos por las instituciones. La tónica dominante fue el viento, que sopló con fuerza en la mayor parte del territorio y provocó una sensación térmica de intenso frío.

La nevada en la luna nueva de octubre dio la señal

Dice el refrán que «la nieve de octubre siete meses cubre». Y el temporal que nos ha visitado esta semana parece confirmar, como si de un embrujo se tratara, lo mucho de cierto que existe en la sabiduría popular.

Son muchos los refranes que sobre esta cuestión ha recogido el franciscano Pello Zabala. «Urriko hilberrin, elurre Aizkorrin» (luna de octubre, nieve en Aizkorri) se decía en los pueblos que rodean a esta sierra. Y la verdad es que las primeras nevadas nos visitaron justo en la luna nueva de octubre. La propia cima de Aizkorri ofreció estampas como la de la imagen, recogida ese mismo día.

Pero si difícil es acertar un mes, más complicado es que los dichos se cumplan mes tras mes, como aquél que dice: «Urriko hilberrian elurra ageri bada, zazpi hilberritan ikusiko da» (Si en la luna de octubre aparece la nieve, se verá en siete lunas). De momento llevamos la segunda, pero ha dado en el clavo, eso sí, con tres días de antelación. Estaremos atentos a lo que ocurra los próximos cinco meses.

Pello Zabala, puntualiza que los refranes no nos indican que todos los años vaya a suceder lo mismo, pero sí que reflejan una tendencia que se repite en muchas ocasiones. No tenemos que retroceder mucho en la historia para recordar cómo hace cuatro años se produjo una situación similar, con nevadas mensuales durante siete meses. Y la primera, qué casualidad, coincidió con la luna nueva de octubre.

Cierto es que el refrán no especifica si la nieve se verá en el monte o en la costa, pero sí da por hecho que llegará. Quizás no durante siete meses, quizás sólo en cinco, pero ahí tenemos otro refrán por si se da el caso: «Urriko elurra, bost hilabeteko elurra» (Nieve de octubre, nieve para cinco meses).

Joxe Landa, meteórologo de GARA, admite que la influencia de la luna no es un elemento a desechar, aunque puntualiza que no existe una estadística para corroborar ese extremo. «Los mayores de antes sí que tenían memoria para esas cosas, pero nosotros no nos fijamos mucho en ello», afirma.

De una forma u otra, Landa no tiene ninguna duda de que el constante pase de gansos de los días pasados sí anunciaba la llegada del temporal. J.S.

olas

La costa vasca resultó muy afectada por el temporal, que obligó a la flota pesquera a permanecer amarrada en los puertos. En muchos puntos del litoral las olas superaron los cinco metros de altura, lo que atrajo a buen número de curiosos.

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