Tras un proceso interno de debate que se ha prolongado por espacio de varios meses, la izquierda abertzale de Gasteiz hizo pública ayer su alternativa a los proyectos de soterramiento de las vías del tren y la estación intermodal, infraestructuras que van a marcar el futuro de la capital alavesa. Ibon San Saturnino y Eli Etxeberria, apoyados en material infográfico y planos de la ciudad, argumentaron la posición favorable de la izquierda abertzale al soterramiento y la intermodal, aunque rechazaron el proyecto del Ayuntamiento, cuya gestión sobre este tema calificaron de «nefasta».

A este respecto, censuraron que el consistorio presenta estos proyectos unidos al del Tren de Alta Velocidad, «en un intento de justificar ambas infraestructuras», discurso que rechazaron «rotundamente», ya que el TAV «es una infraestructura innecesaria» y «un soterramiento y una intermodal diseñados de espaldas a la ciudadanía, que no responden a las necesidades sociales y dan pie a movimientos especulativos, son igualmente rechazables».

Sobre el proyecto de soterramiento de las vías, valoraron que el trazado proyectado por las autoridades municipales es «excesivamente largo, caro y agresivo con el medio ambiente y el entorno rural», y que abre además la puerta a movimientos especulativos futuros. Respecto a la estación intermodal, por su parte, opinaron que cualquier proyecto «debería situarse dentro de un proyecto estratégico a nivel de herrialde en favor del transporte público».

«Graves consecuencias»

La izquierda abertzale rechaza el emplazamiento de la intermodal en el parque de Arriaga, y sostiene que «acarreará graves consecuencias». Argumenta que «alejar la estación de los principales lugares de origen y destino dentro de la ciudad -primer y segundo ensanche y universidades- elimina el modo peatonal, y generará un importante flujo de desplazamientos entre el norte y centro-sur de la ciudad, que deberían ser evitados».

Asimismo, sobre el hotel, bloque de oficinas y galería comercial que baraja el Ayuntamiento, se opusieron a cualquier uso «que no sea propio de la estación» porque este tipo de edificios adyacentes, «abre la puerta a movimientos especulativos».

La izquierda abertzalea plantea que el soterramiento del ferrocarril debe hacerse a lo largo del actual trazado, lo que reduciría la longitud del tunel -de 6,8 a 5,5 km-, evitaría la afección a los terrenos rurales, y abriría la posibilidad a desarrollar el proyecto en diferentes fases, regulando el desembolso de dinero público. Explicaron también que al discurrir el trazado bajo la actual línea ferroviaria, «quedaría asegurada la nula afección a zonas verdes», y al hacer las obras en el trazado del ferrocarril se reduciría el impacto sobre el tráfico.

Sobre la intermodal, consideraron el solar que ahora ocupa la estación de Renfe una «ubicación idónea», ya que el destino de la mayoría de usuarios se encuentra en el centro, y se reducirían los desplazamientos internos en la ciudad. Asimismo, impulsaría el modo peatonal y la bicicleta, reduciendo el número de viajeros obligados a tomar otro tipo de transporte.

Sostuvieron también que ubicar la intermodal donde hoy está Renfe ayudaría a articular la relación entre el sur y el resto de la ciudad, colocando a las universidades en pleno centro.