La Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (Monuc) acusó ayer al movimiento rebelde tutsi Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), liderado por Laurent Nkunda, de violar la tregua en el este del país y denunció, asimismo, los actos de pillaje perpetrados por las tropas del Ejército regular congolés.

En una nota, la Monuc indicó que los rebeldes han lanzado nuevas ofensivas militares en Kivu Norte «bajo pretexto de operaciones policiales de pacificación, lo que agrava la situación de seguridad y humanitaria» en la región. Señaló también que los enfrentamientos entre miembros del CNDP y milicianos mai-mai continúan, lo que sigue provocando desplazamientos de la pobla- ción hacia la vecina Nyamilima y la frontera con Uganda.

Según informó ayer la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Roberta Russo, en la capital de Uganda, Kampala, al menos 1.300 civiles congoleños huyeron a este país entre el martes y ayer a través de la ciudad fronteriza de Ishasha tras los ataques perpetrados por los rebeldes liderados por Nkunda. Las nuevas llegadas se unen a los más de 13.000 congoleños que han cruzado a Uganda desde el pasado agosto.

«Excesos»

Coincidiendo con la denuncia, las autoridades de Kinshasa anunciaron su negativa a que tropas indias, principales proveedoras de «cascos azules», refuercen la Monuc, acusándoles de haber cometido «excesos» que no precisa. La propia ONU sospecha que estos efectivos han cometido abusos sexuales.

El anuncio hace referencia al refuerzo de 3.000 «cascos azules» decidido la semana pasada por el Consejo de Seguridad, motivado por la reanudación de los combates desde finales de agosto en Kivu Norte entre los seguidores de Nkunda y el Ejército congolés.