12º Congreso de ELA: José Elorrieta deja paso a Adolfo Muñoz
El guía de ELA en el camino al soberanismo
P.RUIZ DE ARETXABALETA
La persona que ha ocupado el cargo de secretario general de ELA durante dos décadas ha dirigido el viaje del sindicato mayoritario en Euskal Herria desde el autonomismo defensor del Estatuto de Gernika hasta el soberanismo, y desde posturas pactistas en la negociación colectiva hasta un duro discurso contra el neoliberalismo de las empresas y la administración. Jose Elorrieta Aurrekoetxea nació en Loiu en 1951 y se licenció en Ciencias Económicas por la Universidad de Deusto.
En 1970 entró a formar parte del sindicato como militante y siete años después fue elegido miembro de la Comisión Ejecutiva, tras lo cual se convirtió en militante liberado de la organización, en 1978, con la responsabilidad del área de comunicación. Su intensa actividad en este área le aportó fama de buen interlocutor, y aumentó su popularidad por sus frecuentes apariciones en radio y televisión, aumentando su presencia en las relaciones con otros sindicatos, organismos e instituciones.
Hasta su trabajo en exclusiva para el sindicato fue empleado de Galletas Artiach y de Tubos Reunidos en Amurrio.
En noviembre de 1988 fue elegido secretario general del sindicato, en sustitución de Alfonso Etxeberria, en el congreso de Euba y poco después, en julio de 1990, firmó la reunificación con una escisión del sindicato, ELA-STV (Askatu).
Todavía en 1990 mantenía la unidad de acción con UGT y CCOO y valoraba positivamente acuerdos de concertación alcanzados con el Gobierno español en torno a temas como la negociación colectiva o las elecciones sindicales. Los congresos de 1991, 1993, 1997 y 2000 confirmaron a Elorrieta al frente del sindicato, que fue girando hacia el sindicalismo de confrontación.
A la vez, durante los veinte años en los que Elorrieta ha sido su secretario general, ELA ha ido distanciándose del PNV a cuya sombra nació. Uno de los pasos más relevantes fue la ruptura definitiva con el Estatuto de Gernika, al afirmar, en octubre de 1997, que «el Estatuto ha muerto». en un acto en Gernika bajo el lema «Por nuestro autogobierno», ante miembros de las ejecutivas del PNV y EA, la Mesa Nacional de HB e IU/EB.
Desde entonces, ha abogado por la apertura de un proceso soberanista. En ese camino, se encontró con LAB, con quien hacía años que venían compartiendo iniciativas comunes, que se extendieron al ámbito político. Elorrieta fue entonces pareja inseparable del secretario general de LAB, Rafa Díez, en multitud de actos. Ambos sindicatos anticiparon los cambios políticos que culminaron con el acuerdo de Lizarra-Garazi.
El final de este proceso suspendió la colaboración con LAB tanto en el ámbito político como en el sindical, donde ELA se lanzó a primar la negociación empresa por empresa frente a la sectorial, con largas huelgas sustentadas por su fuerte caja de resistencia. Elorrieta ha mantenido un duro discurso contra el neoliberalismo de la patronal y el de la administración, llegando a suscitar las críticas de empresarios y del PNV. El presidente del BBB, Andoni Ortuzar, lo calificó como «batasuno sindical». «Parece que quiere irse del cargo rompiendo los pocos puentes que le quedan con PNV. Estamos hartos ya de tanto insulto», afirmó Ortuzar el pasado mayo. Asegura que el momento más duro en su militancia sindical fue la década de los ochenta con la multitud de problemas que la reconversión dejó en Euskal Herria, mientras en lo político lo fue la frustración por cómo acabó Lizarra-Garazi.
Casado y con dos hijas, aficionado a la lectura y al cine, es considerado por sus compañeros más cercanos como un trabajador meticuloso que da mil vueltas a los temas antes de cerrarlos. «Aunque de apariencia dura, es muy fácil en el trato», aseguran.
Reúne la afabilidad en el trato corto, que puede jalonar con chistes o anécdotas, con una dureza extrema en la negociación a la hora de defender su postura.
Buen comunicador, en ámbitos sindicales se le considera un hombre pragmático, cercano tanto con los cuadros intermedios como con los miembros de la dirección del sindicato, lo que le otorga una capacidad muy cohesionante.
Tras el abandono de la secretaría general, ha anunciado que seguirá a disposición del sindicato, pero ahora dedicará su tiempo al doctorado en Ciencias Políticas en la UPV.