Dice Esperanza Aguirre que se va a tener que quedar en su casa sin moverse y colocar antideslizante en la bañera por si acaso. Ha aparecido con el pelo cardado, pero con calcetines de los que dan en los aviones a los pasajeros de primera clase y ha narrado su peripecia en un hotel de Bombay. Ella ya está en Madrid, pero parte de su comitiva está todavía metida en el lío en el lugar de los hechos.

Sorprende mucho que sorprenda a los analistas la existencia de grupos armados que ataquen intereses turísticos en India. Sorprende porque la propaganda occidental, las cadenas incrustadas en los departamentos de agitación y propaganda de las agencias de intoxicación han decidido infravalorar todo cuanto viene del mundo de los islamistas más vindicativos, intentan hacer creer al mundo que ocupando pozos petroleros en Irak, gastando ingentes cantidades de dinero para acallar conciencias ya han ganado la guerra y no han hecho nada más que empatar una batalla.

Salvando al sorpresa por la sorpresa, la presencia de una delegación de la Comunidad de Madrid en Bombay, y en el hotel de marras, no es nada más que una casualidad, pero nos abre de nuevo la duda metodológica, ¿a qué van tantas delegaciones de gobiernos, gobiernillos, comunidades, ayuntamientos o departamentos de consejerías a los países más remotos? Sí, ya sé que tiene una contestación de manual, pero yo me pregunto por los intereses reales, las claves de fin, ¿quién paga todos esos viajes, a Bombay, México o a donde se les ocurra con empresarios afines, comitivas políticas inmensas? Todo suena a unas vacaciones, unos premios por algunos favores. Por cierto, también estaba una delegación del parlamento europeo atrapada en la refriega.

Pues, Bombay, ya no es una paraíso que se monta nadie en su piso, ni que lo disfruta a golpe de cheques de viaje. Bombay se coloca de nuevo en el mapa, para volvernos a la realidad geoestratégica y para desintoxicarnos de la crisis económica. Y un detalle de suma importancia, televisivamente hablando, hasta el momento, cero patatero. No teneos imágenes de casi nada. Esperemos acontecimientos mientras nos entretienen con rumores de película.