Jeffrey Katzenberg se ha quedado como único amo y señor de los estudios DreamWorks Animation, una compañía independiente que mantendrá su contrato de distribución hasta el año 2012 con Paramount Pictures. Ya no tiene que rendir cuentas a sus antiguos socios Steven Spielberg y David Geffen, después de que el primero decidiera romper con Paramount y retornar al seno de Universal, mediante la inyección económica recibida de la compañía india Reliance ADA.

Así que el Rey Midas de Hollywood se las tendrá que ver por su lado para sacar adelante su proyecto de «Tintín», a realizar por el sistema de captura de movimiento que combina el trabajo con actores y la animación. El presupuesto no le da para la trilogía inicialmente prevista, por lo que podría acabar siendo finalmente un díptico. Las distribuidoras tienen miedo a trabajar con Steven Spielberg debido a que es de los que se pone un sueldo millonario, algo que contradice su supuesto espíritu de independencia. Su exsocio Jeffrey Katzenberg no necesita de tales negociaciones contractuales, pues en la que fuera la sección de animación de DreamWorks está todo atado y bien atado para los próximos cinco años.

DreamWorks Animation nada en la abundancia por obra y gracia sobre todo de tres franquicias millonarias: «Shrek», «Madagascar» y «Kung Fu Panda». Jeffrey Katzenberg no duda en explotarlas y vivir de ellas el tiempo que le sea posible, por lo que ya prepara «Madagascar 3», «Shrek 4» y «Kung Fu Panda 2». Poco importa que la crítica insista una y otra vez en que los largometrajes animados del grupo DreamWorks poseen una calidad artística muy inferior a los de Pixar, pues al final son los menores de edad los que les dan su apoyo a éstos con una asistencia masiva a las salas.

Este estudio ha encontrado una fórmula humorística que funciona, así que concentra todos sus esfuerzos en que los personajes de sus películas resulten divertidos, con sus gracias y movimientos al ritmo de las canciones horteras de las listas de éxito. En «Madagascar» los niños y niñas volverán a encontrarse con los cuatro protagonistas de la primera entrega: el león Alex, la cebra Marty, la jirafa Melman y la hipopótamo hembra Gloria.

En la anterior aventura huían del zoo de la ciudad de Nueva York, pero su escapada les va a llevar en esta ocasión más allá de Madagascar, hasta la sabana africana. En su regreso al continente del que provienen descubrirán sus orígenes, conociendo a otros animales de sus respectivas especies. El mensaje ecologista de fondo pasa de la necesidad de las especies salvajes a vivir en libertad, a la dificultad de readaptación a su medio natural después de haber crecido en cautiverio.

La visita al continente negro sirve también para incidir sobre otros problemas de índole más general, como el de la escasez de agua que afecta a esa parte del mundo. El contrapunto cómico lo siguen poniendo los lémures, junto con los pingüinos, que son los encargados de hacer que el viejo y destartalado avión de carga recupere la capacidad que tiene de volar y el viaje pueda ser culminado.