Ventura Pons lleva tiempo trabajando sobre autores catalanes, y entre los de su preferencia se encuentra el dramaturgo Sergi Belbel, al que ya acudió anteriormente en «Caricias» y «Morir (o no)». Es la tercera vez en que lleva a la pantalla una obra suya, pero «Forasteros» le ha dado más problemas para convertirla en película, debido a que en su montaje escénico la pieza original dura tres horas. Solamente cuando tuvo en sus manos la edición impresa, Pons encontró la forma definitiva de llevar a cabo la adaptación. Otra de las dificultades que presenta es su desarrollo en dos actos, entre los cuales transcurren cuarenta años de diferencia. Por eso fue necesario contar con el concurso de la compañía de efectos de maquillaje DDT, que hicieron posible la transformación de algunos de los personajes, mientras otros se desdoblaban interpretando a dos generaciones de la misma familia. No falta en el reparto una de las actrices habituales de Ventura Pons, quien consigue de vez en cuando que Anna Lizarán haga un alto en su actividad teatral para rodar con él. Además, tras su pequeña intervención en «Vicky Cristina Barcelona», Joan Pera, el actor de doblaje que pone la voz a Woody Allen, debuta en su primera actuación principal cinematográfica, y sometido a un cambio de fisonomía que le hace envejecer hasta parecer un anciano casi centenario, mostrando de paso su enorme versatilidad vocal.