Lo que el Oliver Hirschbiegel reflejó en su ópera prima «El experimento» con respecto a un régimen carcelario, su compatriota Dennis Gansel lo aplica ahora a un programa estudiantil. El origen de este ensayo tuvo lugar en instituto norteamericano en el año 1967, cuando un profesor de historia intentó desarrollar un ejemplo práctico para contestar a la pregunta de un alumno sobre la pasividad de la población alemana frente a la ascensión nazi.

Luego, el escritor Todd Strasser reflejó esta experiencia en un libro, que describía como un grupo de alumnos sometido a una disciplina cerrada no tardaba en reproducir esquemas autoritarios. Cuarenta años después «La ola» plantea la posibilidad de repetir el caso con estudiantes alemanes, a los que esta vez es su profesor el que provoca sembrando de nuevo la duda: ¿Podría darse otra dictadura en el país? Vogel encarna a ese docente que termina siendo víctima de su propia propuesta, debido a problemas de autoestima.

Con los alumnos pasa algo similar, porque enseguida asumen la disciplina y participan en los castigos, contagiándose del repentino poder emanado de la suspensión de las libertades. La mayoría de ellos necesitan sentirse protegidos dentro del grupo, a la vez que ocultan bajo la uniformidad su perfil mediocre y la falta de madurez personal.

Una dinámica extensible asimismo al público joven que en Alemania llenó las salas de cine, estableciéndose una identificación con los protagonistas. Ha sido una respuesta no muy distinta que la consiguen los reality-shows del estilo de «Gran Hermano», con concursantes encerrados.