Las fuerzas indias trataban ayer de liberar en Mumbai a los rehenes retenidos por islamistas armados, que el día anterior iniciaron una serie de ataques que tuvieron como principal objetivo a extranjeros y que provocaron, al menos, la muerte de 125 personas.

Un alto responsable militar indio afirmó que los asaltantes habían llegado de Pakistán, Estado vecino y rival de India que es acusado con frecuencia por Delhi de apoyar a los islamistas que periódicamente realizan atentado en suelo indio.

El primer ministro indio, Manmohan Singh, había señalado poco antes que los responsables de la ola de atentados eran un grupo «con base en el extranjero». Aunque no citó expresamente a Pakistán, apuntó, sin mencionarlo, a su vecino musulmán.

El portavoz de los servicios secretos paquistaníes (ISI), Zafar Iqbal, aseguró ayer a Efe que «Pakistán no está involucrado en los atentados de Mumbai» y censuró a las autoridades indias que «constantemente acusen a Pakistán de estar detrás» de este tipo de ataques.

«Si tienen alguna prueba clara de que Pakistán está implicado que nos la hagan llegar, pero no lo hacen porque no las hay», agregó Iqbal.

Asimismo, Iqbal manifestó que «el contacto directo y el intercambio de información entre los servicios de inteligencia de ambos países es imposible hoy por hoy».

El ministro paquistaní de Exteriores, Shah Mehmud Qure-shi, de visita en India, sugirió ayer a su homólogo indio, Pranab Mujerjee, esta posibilidad para mejorar la «cooperación antiterrorista», según un comunicado difundido ayer por el Gobierno de Pakistán.

«Hay mucha desconfianza. India accede a cooperar más y un día después vuelven con sus acusaciones. ¿Qué tipo de acuerdos se pueden lograr con esta gente?», subrayó Iqbal.

Jornada de operaciones

Mientras, durante el día de ayer comandos del Ejército y de la Policía india registraron, piso por piso, los hoteles Oberoi-Trident y Taj Mahal, dos establecimientos de lujo frecuentados por extranjeros que fueron tomados al asalto por los islamistas. El objetivo de las fuerzas de seguridad era liberar a los rehenes que podrían estar en manos de los atacantes.

Durante toda la jornada se escucharon continuamente disparos y explosiones en estos dos hoteles. En el Oberoi-Trident, donde permanecían bloqueadas cerca de 200 personas, se declaró un incendio.

Una espesa humareda blanca escapaba por las ventanas de una habitación del piso superior, junto a grandes llamas, explicaron testigos presenciales.

Entre los extranjeros que estaban retenidos en este establecimiento se encontraban quince miembros de una tripulación de Air France. En cambio, la Policía india señaló que no había rehenes en el hotel Taj Mahal. Avanzada la noche en India, informaron de que todos los islamistas que estaban en ese hotel, menos uno, murieron.

La megalópolis del oeste de India, centro financiero de la décima potencia económica mundial, fue el escenario el miércoles de una serie de ataques coordinados y llevados cabo por hombres que portaban fusiles de asalto y granadas. Además de los dos hoteles, tuvieron otros objetivos, como la estación central de Mumbai y un hospital.

También fue atacado un complejo residencial y de oficinas que alberga un centro judío Narim House.

Según testigos presenciales, los asaltantes tomaron como rehenes a británicos y estadounidenses fundamentalmente.

Estos atentados fueron reivindicados por un grupo islamista que se presentó como los Muyahidin de Deccan, nombre de la llanura que cubre una gran parte del centro y el sur de India.