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Los vikingos contra el alien

«Outlander»

Las leyendas tradicionales nórdicas sobre los vikingos se fusionan con la ciencia-ficción en «Outlander», que presenta a Howard McCain como nuevo aspirante al trono como rey de la aventura fantástica.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

El novel Howard McCain quiere convertirse en el nuevo John Milius, gracias al resurgir que vive el cine de aventuras fantásticas. Es un guionista televisivo que se pasa al cine en compañía de su amigo y estrecho colaborador Dirk Blackman, con el que ya comparte futuros proyectos como la nueva versión de «Conan», que seguramente dirigirá Brett Ratner volviendo a las fuentes de la historieta gráfica original de Robert E. Howard. La pareja también ha escrito «Amazon», un peplum en el que Scarlett Johansson hará de gladiadora del siglo II antes de Cristo. «Outlander» es la ópera prima de McCain en la dirección y nace de su pasión por el tradicional poema épico inglés «Beowulf», basado en una leyenda nórdica y recientemente llevado a la pantalla por Zemeckis. Sin embargo, lo que proponen McCain y Blackman es una revisión del mito, sobre todo en lo relativo la origen de la figura del troll Grendel. Partiendo de que los dragones medievales nunca existieron, conectan el fenómeno de la creencia popular con las teorías paranormales sobre las huellas dejadas por los extraterrestres a través de la historia, defendidas por Von Däniken. Por tanto, según los guionistas, se trataría de una criatura de procedencia alienígena llegada a la tierra en tiempos no documentados.

El monstruo en cuestión ha sido bautizado con el nombre de Moorwen, que está tomado de la novela de H.G. Wells «La máquina del tiempo», concretamente del pasaje dedicado a los Morlocks. Patrick Tatopoulos («Silent Hill») ha sido el encargado de diseñar a la bestia, con la novedad de que es bioluminiscente, como una especie de luciérnaga gigante, lo que permite verla en medio de la oscuridad antes de que sus formas puedan ser apreciadas del todo, con el consiguiente suspense. Por último resulta ser un bicho mitológico, mitad toro, mitad gorila, que lo mismo corre, que nada o trepa a los árboles, apoyándose en los cuartos traseros cuando se enfrenta a los humanos. Su cuerpo y movimientos han sido generados digitalmente, excepto la cabeza, la cola y una garra, que requieren de un mayor detalle. A pesar de dichas peculiaridades sigue el patrón marcado por H.R. Giger con «Alien», y continuado con «Depredador».

En cierta forma la película ha sido planteada como un cruce entre el «Alien» de Ridley Scott y «Los vikingos» de Richard Fleischer, por su intención de combinar épocas y géneros, fusionando lo futurista con lo primitivo. En cuanto a lo ambientación bebe de otras tantas fuentes, gracias a la participación de Barrie Osbourne, uno de los productores de «El señor de los anillos». Los decorados y la configuración de las aldeas hacen pensar en el universo de Tolkien, mientras que el vestuario y las pieles son de Debra Hanson, acreditada en «Beowulf & Grendel». La imagen que lucen Jim Caviezel, John Hurt, Sophia Myles y Ron Perlman se inspira en la cultura nórdica de entre los siglos VI y VIII, sin que no falte la estampa típica del drakar o embarcación vikinga.

REFERENCIAS

El nombre de la nave que aparece en la película, «Nostromo», proviene de la novela del escritor Jospe Cornar del mismo título «Nostromo», que hace referencia al barco que la protagoniza. Es un guiño literario de los muchos que hay.

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