Frustración y golpes en la venta de entradas para ver a AC/DC
Las entradas para el concierto de AC/DC en Madrid y Barcelona se agotaron con la rapidez de un helado de verano. Ayer el día fue de invierno, pero poco importó, pues las entradas para seguir a los australianos en el BEC desaparecieron de los puntos de venta no ya cual cucurucho, sino a la velocidad punta del recordman jamaicano Usain Bolt.
Pablo CABEZA | BILBO
La venta de entradas para ver a los australianos AC/DC el próximo 5 de abril en el BEC de Barakaldo terminó a porrazos en la sétima planta de El Corte Inglés de Bilbo. Además, Fnac, en la misma ciudad, cerró las puertas sobre las 13.00 horas ante el mal aspecto que estaban tomando las cosas. «¡Me he quedado con la cara de los tres, así que tened cuidado!», les decía un cliente a los tres desencajados empleados del comercio, al tiempo que les apuntaba con el dedo. Y las protestas continuaron a las 14.30 cuando Fnac decidió abrir de nuevo las puertas.
En realidad, la patética y rocambolesca historia de la venta de entradas en persona, es decir, haciendo cola, comenzó el miércoles a las 14.00, más o menos, cuando unos cuantos ilusionados seguidores de AC/DC iniciaron fila en diferentes puntos de Euskal Herria.
Para antes de las 00.00 del miércoles, El Corte Inglés, Fnac e Ikatz de Bilbo ya contaban con centenares de seguidores rodeando los locales. Hacía frío, llovía, pero allí estaban entusiasmados bailando, cenando, charlando, con sus mantas, sus sillas, sus loros, sus bocatas... Vamos, una fiesta, pues resultaba obvio que ellos tendrían entrada, al menos los doscientos primeros de cada fila. ¡Qué menos!
La cuestión es que una vez que 600 personas accedieron a la planta séptima de El Corte, ¡sólo los cuatro primeros la consiguieron! La reacción de la peña fue de incredulidad y desesperación. Total, que sobre las 11. 45, los «beltzas» de la Ertzaintza entraran a saco y los disolvieron a la gente congregada como si de pulgas se tratasen entre las prendas de Adidas, Ternua, Puma y variedad de aparejos de caza y pesca.
Ikatz consiguió vender exactamente 12 entradas, El Corte Ingles, 4, y Fnac un poco más de 200, con una cola de unos 800 y con airadas quejas de socios y público, con la reserva pagada, que se quedó sin la entrada «prometida».
El resumen de todo esto es que, mientras, unas 14.000 personas consiguieron su entrada on-line, y todos aquellos que hicieron cola para adquirir su ticket en el puesto de venta se sintieron humillados. Para colmo, resultó que la forma más sencilla de adquirir entrada, y pasarse todas las trabas, consistió en llamar a un 902, que, para las 10.10 de la mañana, ya había concedido diez entradas a unos conocidos. Aún más, hay gente que se sabe el número equivalente al 902, pero empezando por 91 ó 93, por lo que también consiguieron con rapidez sus entradas.
Enseñanzas. Cabe estimar -por los indicios y el sistema electrónico de venta- que un alto porcentaje del público que tiene entrada para AC/DC vendrá de fuera de Euskal Herria, que hacer cola es la peor de las soluciones y que el actual método de adquisición de entradas chirría más que el carro de Manolo Escobar.
¿El consuelo? Que es posible que AC/DC esté en el próximo BBK Live Festival, al menos así lo parece por las «curiosas» reservas hechas en un hotel de lujo de Bilbo.