Vender. De eso se trata. La franquicia del superagente 007 lo ha sabido hacer desde que inicio su periplo hace 46 años. Y, al parecer ,en la ultima de las cintas han ido muy en serio con el product placement, es decir, en lo de situar de manera intencionada un producto, una marca comercial, en el decorado, en los diálogos...

Lo que para David Lynch no es otra cosa que «basura» (piquen aquí, no podría haber sido más contundente: www.youtube.com/watch?v =F4wh_mc8hRE) proporciona interesantes dividendos a todos los involucrados en la operación de marketing. Pero sea «basura» o no, es un negocio rentable y las películas que deciden valerse de este recurso recuperan una buena parte del dinero invertido en la producción. Y si hablamos de vender, ¿qué mejor herramienta que el sexo? ¿Qué mejor que una mujer bella y conquistable para vender fantasías a una civilización sin rumbo, perdida en los hipermercados? La mujer es uno de esos tantos productos que aparecen en el escaparate de la franquicia Bond. Habitantes de hoteles y cruceros de lujo, esbeltas, bellas, inteligentes o no, depredadoras sexuales, valientes... Sus nombres lo dicen todo; «Pussy» (coñito), «Dominetta», «Kissy», «Moneypenny» (esta no se considera chica Bond)... Ellas encarnan, nunca mejor dicho, a las perfectas acompañantes del héroe y sucumben a sus encantos sexuales en el ¿97 % de las ocasiones?

¿Y qué pasa con «Quantum of Solace»? La última de las cintas de la saga parece haber reabierto el debate (sobre todo, entre sus seguidores) acerca del estereotipo de mujer que debe acompañar al héroe. Un héroe defensor de la civilización occidental, amante de «los placeres de la vida», autosuficiente y atractivo ¿cómo puede rivalizar en protagonismo con una mujer pudiendo tener como adorno a un bello animalito que, además, entretiene y alegra la vista? Por lo visto, la mujer de bandera, eterna secundaria, la que nació tras la aparición de la escultural Ursula Andress salida del agua, ha sido sustituida por una chica Bond que no acaba en la cama con el agente secreto, es independiente y dicen que madura, vaya chasco.

Kim Bassinger, Carole Bouquet, Deborah Kerr, Teri Hatcher, Sophie Marceau o Halle Berry son algunas de las mujeres que han aparecido en la gran pantalla como chicas Bond. Algunas de ellas no han pasado del escaparate de los productos Bond (en lo que se refiere al cine), otras han tenido que demostrar -mujer y demostrar siempre de la mano-, que eran actrices.