CRÓNICA Gala de entrega de premios del torneo GARA 2008
El futuro inmediato del ciclismo vasco recibe un merecido homenaje
El Hotel Kurutziaga de Durango volvió a ser el emplazamiento de la gala de entrega de premios del Torneo GARA 2008. Los mejores ciclistas amateurs, pese a la ausencia de Andrei Amador, brillaron con luz propia.
Arnaitz GORRITI
Con un retraso casi protocolario, hacia las 19.30, se levantaba el telón de la ceremonia que, desde hace ya una década, premia a los mejores ciclistas amateurs que pueblan las carreteras de Euskal Herria, la del Torneo GARA. En el salón del Hotel Kurutziaga, amateurs de categoría élite y sub 23, debutantes, féminas, todos ellos representando a todos los grupos deportivos que compiten en la actualidad.
Además, entre la platea del Kurutziaga, profesionales de la talla de Koldo Fernández de Larrez, Rubén Pérez o Aitor Galdos de Euskaltel-Euskadi, Beñat Intxausti de Scott, Castroviejo, Lavín, Urain, Uribarri y Ricardo García de Orbea, Horrillo de Rabobank, David López de Caisse d'Epargne, el rehabilitado Aketza Peña, y los Extremadura Otxotorena y Aitor Pérez, sin olvidar a la vizcaina Eneritz Iturriagaetxebarria.
Tampoco faltaron ex ciclistas profesionales de la talla de Rubén Gorospe, Alberto Leanizbarrutia o David Etxebarria. Por cierto, que el ex corredor de ONCE, Euskaltel-Euskadi y Liberty será el próximo organizador de la Bizkaiko Bira. Es decir, que además de presentarse en calidad de viejas glorias, las pretéritas figuras también ejercían de ojos de águila.
No obstante, la presencia más importante brillaba por su ausencia: el doble campeón del Trofeo Euskaldun con el conjunto Lizarte, el costarricense Andrei Amador. El corredor, que no pudo personarse en Durango, estuvo, no obstante, bien representado por su hasta ahora director, el iruindarra Manolo Azcona, que recogió el premio en su nombre de la mano de Iñaki Iglesias, presidente de la Federación vasca de ciclismo. Más aún, Azcona tuvo el valor de augurar un buen futuro de su ex pupilo, que desde el año que viene correrá a las órdenes de Eusebio Unzúe, en las filas del Caisse d'Epargne.
Con cierta timidez, aunque feliz, se mostraba Jon Pardo, vencedor del Trofeo Lehendakari. Pardo, que recibió su premio de manos de Raúl Mena, manager del conjunto Cespa-Euskadi de pista, continuaba con la tradición de Seguros Bilbao como dominador del citado trofeo con cuatro victorias seguidas con Intxausti, Palacios y Castroviejo como antecesores.
«Ser profesional es un sueño», corroboraba. «Pero bueno, aquí lo que nos toca es trabajar y en 2009 mostrar lo que se ha aprendido en 2008».
Mejor debut y despedida
Por otro lado, si Jon Pardo era un hombre contento, Garikoitz Bravo se llevó el premio a la simpatía de la jornada. El flamante vencedor del Trofeo de Debutantes, y sorprendente cuarto puesto en el Euskaldun, repartió sonrisas e ilusión a tutiplén. Después de hacerse con el premio entregado por Iñigo Gaztelu, gerente de GARA, Bravo, que proviene del ciclo-cross, hacía honor a su apellido confesando una ambición sin límites.
En el otro extremo de la alegría, Arantzazu Azpiroz recibía el premio de ganadora del Trofeo Femenino de manos de Inma Rafael, ciclista y secretaria de la Federación de Bizkaia, el día de su despedida. La guipuzcoana aducía la dificultad de las mujeres para correr y la escasez de ayudas como razones para no seguir en el pelotón.
La foto de familia rubricó un evento sencillo que tuvo el recordatorio de los logros de Leire Olaberria, Unai Elorriaga y Samuel Sánchez, ejemplo para las estrellas que, de cara y sonrientes, o sentados en silencio, aguardaban su oportunidad para brillar en el futuro.
«El ciclismo no pasa por sus mejores momentos, ya que parece el chivo expiatorio del tema del dopaje. También es un deporte muy sufrido, pero estamos seguros que de nuestra cantera volverán a salir valores que nos ilusionen».
«Me alegro por mi victoria en 2008, que se debe sobre todo a la regularidad. Pero la decisión está tomada y lo dejo; es muy complicado seguir, hacen falta ayudas y aunque haya savia nueva por detrás, las jóvenes lo tienen muy complicado».
«Uno vuelve atrás en el tiempo cuando asiste a eventos como éste. Se ve que el pelotón amateur ahora es más pequeño que hace unos años, pero debemos confiar en que le vayamos a dar la vuelta. Esta gente es el futuro y lo va a demostrar».
«Aunque haya buen material, siempre resulta muy complicado desarrollar todo el potencial. Desde luego, Andrei Amador tiene capacidad de sobra para ser un buen corredor, pero es difícil calibrar hasta dónde podrá llegar».
