La alianza entre el PSD y el PC logró un 33,09% de los votos en las elecciones celebradas el domingo en Rumanía, las primeras desde su ingreso en la UE.

El segundo puesto, con el 32,34%, es para el PDL, próximo al presidente Traian Basescu. El PNL, actualmente en el Gobierno, obtuvo el 18,57%. La UDMR, aliada en el Gobierno del PNL, se quedó en el 6,18%, aunque suficiente para poder entrar en el Parlamento.

Como ninguna de las dos primeras formaciones cuenta con mayoría para formar Gobierno, el PNL del actual primer ministro, Calin Popescu Tariceanu, tiene en sus manos la llave del gobierno.

Mircea Geoana, líder del PSD, volvió a declarar a la alianza entre socialdemócratas y conservadoras ganadora y expresó su deseo de ser primer ministro. Pero, la diferencia con respecto a los partidos de la derecha es tan estrecha que necesitará el apoyo de terceros.

Si el PNL y el PDL -que logró 165 parlamentarios frente a los 163 del PSD- juntaran sus votos, tendrían una mayoría cómoda para gobernar. Para ello, deberían olvidar las disputas que los separó y que supusieron la expulsión hace dos años del Gobierno de la formación de Basescu. La guerra de las alianzas está servida.