Hillary Clinton, ex rival de Barack Obama en las primarias del Partido Demócrata para elegir al candidato presidencial, y el republicano Robert Gates serán las figuras centrales de la política exterior y de defensa del presidente electo, que jurará su cargo en enero. «He reunido a este equipo porque creo firmemente en sus fuertes personalidades y opiniones. Creo que así es como se toman las mejores decisiones», manifestó Obama.

Subrayó que su intención es establecer «un nuevo amanecer en el liderazgo americano, que integre a las fuerzas militares y a la diplomacia, así como la aplicación de la ley y la economía. El equipo que hemos reunido aquí es el único adecuado para hacerlo». Destacó que todas las figuras políticas que le acompañaron en la rueda de prensa «comparten su pragmatismo sobre el uso del poder y mi propósito acerca del papel de América como líder mundial».

La futura secretaria de Estado, de pie al lado de su jefe, se mostró muy sonriente. «Si nuestra determinación es defender nuestras libertades a cualquier coste, también llegaremos a todo el mundo otra vez, buscando una causa común», resaltó.

Sobre su ex rival, Obama sostuvo que «ahora es una gran amiga y será una secretaria de Estado sobresaliente. Si no lo creyera, no le habría ofrecido el puesto y si ella no creyera que tengo las cualidades necesarias para ser presidente no lo habría aceptado». «Posee una inteligencia extraordinaria y una notable ética de trabajo», añadió.

Para favorecer la designación de su esposa y evitar un conflicto de intereses, Bill Clinton accedió a revelar los nombres de los donantes de su organización.

Otra de las estrellas del Gabinete de Obama es Robert Gates, que seguirá al frente de la cartera de Defensa como lo ha hecho hasta ahora bajo la Administración de George W. Bush.

Gates fue uno de los miembros del Gobierno más atacados por la campaña demócrata. Pese a ello, Obama vuelve a confiar en él, que, tras su nombramiento, dijo ser «consciente de que estamos implicados en dos guerras y encaramos otros desafíos serios en casa y en el mundo».

Sobre la guerra en Irak, el presidente electo mantuvo la salida de progresiva de las tropas en los próximos 16 meses.

«Creo que es el calendario adecuado, pero como he dicho sistemáticamente, escucharé las recomendaciones de mis comandantes», señaló. Afirmó también que aunque las fuerzas de combate sean replegadas, hará falta «una fuerza residual» que esté más tiempo en Irak.

Uno de sus deseos es que «las fuerzas armadas estadounidenses sigan siendo las más fuertes del planeta».

Por su parte, Eric Holder se hará cargo del departamento de Justicia, y Janet Napolitano estará al frente de la Seguridad Nacional. La gobernadora de Arizona prometió «una respuesta a las amenazas rápida, sensata y efectiva». Contará con la asesoría del general James Jones.