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ANÁLISIS Crisis mundial

De la inflación a la deflación pasando por la recesión

En este pequeño glosario, el autor ofrece explicaciones claras sobre algunos de los términos y conceptos más utilizados en las últimas semanas por distintos agentes a la hora de analizar el momento económico actual y avanzar previsiones. La economía se ha instalado en desinflación, pero podría entrar incluso en deflación.

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Alberto CASTRO Analista bursátil

La ciencia económica no es una ciencia exacta. A pesar de su apariencia externa de controlar todo y de tener explicaciones para cualquier cosa, es bien sabido que se debaten diariamente la solidez de muchos de sus principios, y hoy en día, en plena vorágine de la crisis, no es diferente. No hay expresión única para explicar lo que está sucediendo, y tampoco se conoce el remedio ideal para atajar los problemas actuales. Ahora bien, siempre es posible encontrar algunas respuestas sencillas a las preguntas más recurrentes sobre la crisis.

¿Qué es la inflación? ¿Cómo se mide? Se dice que existe inflación cuando los precios de bienes y servicios tienen un aumento sostenido. Para medir ese crecimiento se cuenta con el popular Índice de Precios de Consumo (IPC). Básicamente, este índice recoge el cambio en el costo de una cesta de bienes y servicios, compuesta ahora por 491 referencias de distinta ponderación, que trata de replicar el consumo de los hogares y familias. Si los precios suben, los hogares y familias tendrán que pagar más caros los productos que consumen y, por lo tanto, su poder adquisitivo disminuirá. El IPC, sin embargo, no representa con exactitud la inflación puesto que sólo mide la variación efectiva de los precios en hogares y familias, y deja fuera a otros agentes económicos. No obstante, se le con- sidera el termómetro oficial para seguir la tendencia de la inflación.

¿Qué es la deflación? ¿Cómo se llega a ella? Lo que últimamente aparece en los medios de comunicación como el nuevo Jinete de la Apocalipsis es la deflación. Este fenómeno es justo lo contrario de la inflación, por lo que se produce cuando las tasas de la variación de los precios se vuelven negativas. En estos momentos se está viviendo un proceso de desinflación, en el que los precios siguen aumentando pero a un ritmo menor.

¿Qué sucede si hay deflación? De seguir en esta línea, la entrada en deflación traerá consecuencias desastrosas para la actividad económica al formarse una espiral de efectos negativos. Entre éstos, se destacaría un gran incremento en el desempleo. Los acontecimientos, según la ortodoxia económica más aceptada, se desatan rápidamente a partir de esa negativa evolución de los precios. Las empresas sufren la reducción de los precios con una caída en los ingresos, que no pueden compensar con un descenso de los costes. Por tanto, los márgenes empresariales son menores y para solventar la situación recurren a una disminución en la inversión. El otro remedio es el de siempre: recortes de las plantillas para reducir la masa salarial. Y de aquí arranca el círculo infernal con el descenso en la demanda, lo que perjudica las ventas de las empresas y aumenta sus pérdidas. Para terminar de estropearlo, todos, consumidores y empresarios, a la vista de la situación, deciden dejar para más adelante sus compras e inversiones con la esperanza de encontrarlas más baratas. A partir de aquí todo va cuesta abajo: caída de salarios, de empleos, en el consumo, en el crecimiento y, de nuevo, caída en el nivel de precios.

¿Tiene algún efecto sobre los tipos de interés? Otra característica muy negativa del proceso de deflación es el aumento de los tipos de interés reales, que se obtiene de restar la inflación a los tipos de interés nominales. Y como esta tasa es negativa, se aumenta el tipo real a soportar por las empresas. Una de sus consecuencias es el incremento de la deuda de las empresas y de la dificultad para acometer inversiones. El impago de los créditos empresariales compromete también al sistema financiero, que puede verse arrastrado en última instancia a sufrir problemas de insolvencia y poner en peligro la estabilidad económica de cualquier país.

¿Cómo se combate la deflación? Para combatir estos procesos, los gobiernos, tal como vemos hoy, apuestan por facilitar dinero a empresas y particulares, así como por una política de choque que pone énfasis en aumentar el gasto público y reducir los impuestos. El fin siempre es el mismo: recuperar el consumo, la inversión y la confianza. El peligro de estas medidas es el aumento desproporcionado de la deuda de un Estado respecto de su capacidad económica.

¿Qué es la recesión? La recesión, según el convencionalismo técnico más extendido, se produce cuando se enlazan dos trimestres con crecimientos negativos del Producto Interior Bruto (PIB). Así, la eurozona se encuentra ya en recesión porque en el segundo y el tercer trimestre de este año han sufrido dos caídas consecutivas del 0,2%. También se entiende como recesión una caída significativa de la economía en un periodo de varios meses, aunque el PIB no llegue a registrar decrecimientos.

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