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Xabier Iturbe Presidente de Kutxa

Kutxa: pasamos página

Ha sido nuestra Asamblea la que ha decidido que no haya fusión. Y desde la presidencia de Kutxa no se contempla tomar la iniciativa de ningún otro plan de fusión. No porque no sea buena, que lo es, sino porque debemos seguir ahora nuestro camino

Hace una semana planteaba a la opinión pública las claves del proyecto de fusión de Kutxa y BBK, y lo calificaba de referente para otros procesos de convergencia. La mayoría obtenida en la Asamblea no fue suficiente, y el proyecto no ha salido adelante. Lo que también es una referencia de la dificultad que tiene en nuestro país cualquier proyecto que requiera una mayoría de dos tercios.

A la ilusión que hemos puesto durante todo el proceso ha seguido la decepción por su final. Creo que había que intentarlo y lo hemos intentado a fondo. Lamento los efectos que todo ello ha generado tanto en la sociedad como en la propia Kutxa.

Pero ha sido nuestra Asamblea la que ha decidido que no haya fusión. Y desde la presidencia de Kutxa no se contempla tomar la iniciativa de ningún otro plan de fusión. No porque no sea buena, que lo es, sino porque debemos seguir ahora nuestro camino. Así nos lo ha dicho la Asamblea, y así continuaremos hasta que, con una mayoría suficiente, decida otra cosa.

Preguntas y respuestas. Se han planteado varias preguntas durante esta semana: ¿Por qué era necesario impulsar la fusión ahora? ¿Cómo es que no tenían atados los votos? ¿Podrá seguir Kutxa sola sin la BBK? También hemos oído comentarios en la línea de «no nos han explicado la necesidad de la fusión».

Estas son mis respuestas:

Por cuestión de fechas derivadas del calendario electoral y sus correspondientes procesos legislativos posteriores, si no se hacía la fusión ahora nos íbamos como pronto al 2010. La disyuntiva estaba en afrontar la crisis económica solos o fusionados. Y nuestra responsabilidad como gestores nos obligaba a resolverla y a intentar esta fusión presentando el mejor proyecto posible y buscando el máximo de apoyos.

Hemos hablado varias veces e intentado llegar a acuerdos con cada grupo de la Asamblea. En privado, compartían la necesidad y la conveniencia de la fusión. Otra cosa son los posicionamientos públicos y las contrapartidas para votar a favor. Ceder a las de todos hubiera hecho imposible la gestión futura del proyecto. ¿Era mejor quedarnos parados sin llevar el proyecto a la votación de la Asamblea?

De temas sindicales prefiero no hablar. Ya lo están haciendo, con frustración, los propios trabajadores de la Caja. Estoy seguro de que les animaremos con un nuevo proyecto, un Plan Estratégico propio.

En cualquier caso, la votación de la Asamblea ha despejado nuestro horizonte, condicionado desde hace años por la sombra de una hipotética fusión. Esta incertidumbre venía pesando en nuestra organización, incidiendo de manera consciente o inconsciente en el planteamiento estratégico y en la toma de decisiones. La sempiterna posibilidad de una fusión nos ha venido despistando continuamente.

Hacia adelante. Kutxa es una de las entidades mejor gestionadas del sistema financiero. No hemos hecho todo bien, pero el balance entre nuestros errores -ya corregidos- y nuestros aciertos es muy positivo. Seguimos siendo la entidad con mayor liquidez, la de menor endeudamiento y la segunda en solvencia. Y una de las de menor índice de morosidad.

Pasamos página, y vamos a centrarnos en la elaboración de un Plan Estratégico a tres años que debe situar a Kutxa en una posición global mejor -y ya era muy buena- que cuando yo me incorporé. Y esto sí que me lo tomo como un reto personal por el que rendiré cuentas y se juzgará mi gestión.

 El Plan Estratégico para los próximos tres años, que ratificaremos en el próximo Consejo de Administración, se sustentará en los siguientes parámetros de gestión:

Será un plan basado en las personas y dirigido a ellas, a los clientes y a los empleados. Contamos con todos, y quienes cuenten con la Caja tendrán futuro con Kutxa. Por eso decimos que Kutxa es fundamentalmente un proyecto de personas.

Dada nuestra posición de fortaleza financiera -magnífica liquidez y solvencia envidiable-, debemos aprovechar la crisis para salir más fortalecidos de la misma, ganando posiciones en el sector. En ese sentido, nuestro objetivo va a seguir siendo doble: por un lado, las economías domésticas a las que vamos a ofrecer nuevas propuestas y servicios; y, por otro, el tejido empresarial al que seguiremos atendiendo e impulsando con nuevas líneas de relación financiera. Kutxa seguirá siendo el soporte financiero de nuestros clientes, y ningún proyecto que tenga sentido económico y social debe dejar de realizarse por falta de apoyo.

Vamos a mejorar la eficiencia, aumentando el margen y reduciendo los gastos, puesto que consideramos que hay recorrido de mejora en ambos conceptos. También distinguiremos en la cuenta de resultados entre beneficios recurrentes y extraordinarios, en aras del realismo y la buena gestión.

La necesaria contención de los gastos, que pretendemos no aumenten por encima del IPC, no se basará en ninguna medida de reducción traumática de plantilla.

Impulsaremos aún más la gestión de las personas, la formación y las oportunidades de desarrollo profesional.

Por último, trataremos de poner en marcha medidas que nos permitan ir alcanzando paulatinamente algunas de las expectativas que ahora se han frustrado en determinados aspectos laborales.

Con todo ello, pretendemos ser una Caja de primer nivel, bien posicionada para afrontar el futuro. Y lo conseguiremos gracias a lo mejor que tiene la Caja: su personal, sus profesionales. Ellos van a conseguir situarnos en el lugar que nos corresponde.

A partir de hoy empezamos a escribir una nueva página.

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