30 años de Constitución española
El Rey sitúa a ETA como problema pendiente en la celebración oficial
GARA | MADRID
Los representantes de todas las altas instituciones del Estado se dieron cita en el Congreso para celebrar allí el 30 aniversario de la Constitución. El programa de actos fue retocado tras el atentado mortal del miércoles en Azpeitia, que hizo que se suspendiera el cóctel previsto y que muchas declaraciones giraran de nuevo en torno a la situación en Euskal Herria, y más concretamente a la concreción de los planes para arrebatar alcaldías a la izquierda abertzale [ver página 19].
Como anfitrión del acto, el presidente del Congreso y dirigente del PSOE, José Bono, saludó como logro de la llamada Carta Magna española que «por primera vez hemos podido luchar juntos por la libertad y contra el terrorismo; lo estamos haciendo y nos está costando muchas vidas que lloramos juntos. Nunca antes de la Constitución la derecha y la izquierda lloraron juntas las mismas cosas y ahora, sobre todo, actuamos y lloramos juntos».
Al margen de ello, Bono se deshizo en elogios al papel de Juan Carlos I: «Muchos pensamos que sin su ayuda y complicidad no habríamos alcanzado las metas que gozosamente hoy celebramos».
El monarca español le tomó la palabra con un discurso en el que citó como problema pendiente a «la inaceptable barbarie del terrorismo», si bien se dijo convencido de que «España podrá derrotarla con la unidad de los demócratas y los instrumentos del Estado de Derecho».
«Ese terrorismo es culpable de tantas víctimas y del dolor de tantas familias que, hoy más que nunca, tengamos presentes en nuestro corazón, aún marcados por el vil asesinato en Azpeitia de don Ignacio Uria», añadió el rey español.
Sin modificaciones
La Constitución sigue intocable pese a llevar tres décadas en vigor, y tampoco parece que vaya a ser reformada a corto plazo, salvo quizás para cuestiones técnicas como la sucesión a la Corona española. Ante el debate reabierto estos días en algunos medios, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó que «no es imprescindible» reformar la Constitución y aseguró que no se hará en ningún caso si no se logra consenso.
En declaraciones al llegar al Congreso de los Diputados, Zapatero se declaró convencido de que la Carta Magna «ha sido, es y será útil».
En su opinión, los 30 años de vigencia de esta norma «tan positiva» han sido probablemente los mejores de la historia del Estado español.