SEGUNDA La solidez defensiva, un gol recibido en cinco partidos, da la máxima rentabilidad a los tres marcados
Aranburu rubrica el mejor homenaje a Aitor Zabaleta
Un gol del azpeitiarra, que dio otro a Necati que debió subir al marcador, permite a la Real mantener la media inglesa y colocarse a tres puntos de los puestos de ascenso tras el empate del Zaragoza en casa.
REAL SOCIEDAD 1
ALICANTE 0
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Los jugadores realistas salieron al césped de manera emotiva con una fotografía de Aitor Zabaleta y unas camisetas en las que recordaban que la Real siempre le tendrá presente, pero el mejor homenaje que se puede hacer a un donostiarra que murió hace diez años por ir a animar a su equipo a Madrid es brindarle una victoria como la que rubricó Mikel Aranburu con un gol que hace justicia además a la categoría del azpeitiarra.
El capitán blanquiazul llevaba varios partidos en una buena línea con una chispa muy superior a la que tenía al inicio liguero y a la que demuestran sus compañeros. Su problema es que es un jugador de equipo que sólo se puede lucir cuando los que le rodean ofrecen luz. Y a esta Real que sólo tiene a doce jugadores de campo a disposición de su entrenador no se le pueden poner más destellos que los que provoca en el marcador el escaso gol que es capaz de marcar en el mejor de los casos en los últimos cinco partidos.
Ayer debieron subir dos y Aranburu fue el protagonista en ambos porque pisó el área con decisión para rematar el centro de Xabi Prieto y porque luego repitió una jugada casi idéntica en la que él fue el asistente para que Necati marcara su primer tanto, que fue anulado por un fuera de juego inexistente.
La verdad es que la Real no hizo un juego para ganar por dos goles de diferencia, pero los marcó y además el árbitro no señaló dos penaltis en el área del Alicante. Con todo, uno es de los que considera que el 1-0 es el mejor resultado que puede obtener un equipo porque con él interioriza la importancia de mantener la portería a cero. Los blanquiazules han encajado un gol en los últimos cinco partidos y con sólo tres han logrado nueve puntos, que sumados a los tres de Tarragona con la última aportación de Díaz de Zerio permiten a la Real mantener desde entonces la media inglesa de dos puntos por partido que le ha permitido situarse a sólo tres de la zona de ascenso. Y eso es casi un milagro, porque solo estar lejos del descenso ya es un logro para la Real por todas las adversidades que le rodean.
Escasa productividad ofensiva
Por eso a este equipo no se le puede pedir más que victorias. Ni tan siquiera que meta más goles. Ni la visita de uno de los equipos más goleados de la categoría y que había recibido un mínimo de dos en siete de los nueve partidos que llevaba sin ganar, ni la apuesta de Lillo por jugar de salida con sus dos delanteros mejoró la productividad ofensiva realista y en todo el primer tiempo no se pudo contabilizar ninguna ocasión.
El Alicante defendió bien y tiró del oficio que aportan, especialmente, tres jugadores como Unanua, Abel Buades y Azkoitia para perder tiempo e impedir que el partido tuviera el ritmo que podía interesar a los blanquiazules. Así consiguieron no sufrir en ningún momento en defensa e incluso en los últimos quince minutos del primer tiempo tuvieron el control del juego y llegaron en un par de veces con intención al área de Bravo y en una tercera desperdiciaron una contra en la que tres atacantes se plantaban ante dos defensores blanquiazules.
Si en el primer tiempo no hubo ninguna ocasión, en el segundo hubo cuatro, dos de cada equipo. La Real materializó las dos suyas, que coincidieron con la entrada de Xabi Prieto en el terreno, que demostró su calidad en la primera, y con la llegada al área de Aranburu. Por contra, el Alicante no acertó con las dos que tuvo en el último cuarto de hora. El partido no ofreció más, pero hay que conformarse con ver cada quince días cómo se suman tres puntos con un gol que estos chavales ejemplares capaces de llevar a la Real contra corriente en dirección a la Primera rentabilizan al máximo a base de entrega y sacrificio.
Y es que cuando un equipo sale al campo de manera ejemplar como lo hizo ayer para homenajear a un aficionado como Aitor que ha perdido la vida sólo por seguir a este club, hay que darlo todo por él... y por los demás.
Centenares de personas se concentraron antes del encuentro ante el monolito colocado en recuerdo de Aitor Zabaleta para recordarle al cumplirse mañana diez años desde su apuñalamiento en Madrid. Tras el partido la concentración fue para protestar por el caso Jesuli.
La primera plantilla blanquiazul tiene hoy jornada de descanso y mañana está citada a las 15.30 en Zubieta para comenzar a preparar la visita del sábado a las 18.30 al Albacete (ETB). Cabe esperar que Lillo pueda contar con Carlos Martínez y habrá que esperar que los lesionados mejoren.
Preguntado por el gol de Aranburu, al que no dudó en defender y elogiar cuando recibió pitos en Anoeta, Juanma Lillo respondió que «con los pocos que metemos me alegro con que lo marque cualquiera, pero reconozco que ha hecho un partidazo y si lo rubrica con un gol... Me alegro mucho por Mikel, pero tal y como estamos hay que festejar hasta los que metemos con la joroba. Pero me da mucha pena que ese gol que no sólo hemos merecido, sino que era legal, y el penalti anterior no llegaran porque el miedo a perder que mostramos viene como consecuencia de no tener premio por estas decisiones»... arbitrales.
En su análisis del partido, sorprendió al ser el único que vio en el primer tiempo «el ritmo que necesitábamos. Hemos llegado muchas veces a situaciones en las que se nos apagaba la luz en los últimos metros. En la segunda mitad fuimos superiores en el tramo en el que hicimos el gol, el penalti y otro gol legal estando sin fútbol, aunque a ratos lo encontramos».
Quitó importancia al problema físico de Carlos Martínez y a la baja de Aranburu en el próximo partido y dijo que pese a las ausencias seguro que recibirá críticas por el equipo. «Eso es buena señal», ironizaba. Así explicaba su decisión de guardar a Marcos y Prieto para el segundo tiempo de ayer porque «queremos sacar los partidos como si fueran novelas, con principio y final». Rechazaba que el equipo físicamente acabara mal el partido: «Es una cuestión emocional al no tener premio y jugar con esa tensión. Xabi llevaba media hora y se le ha puesto el limaco... Y es que el ritmo que hemos metido ha sido alto».
El técnico del Alicante, Nino Lema, señaló que «hemos creado oportunidades y no las hemos aprovechado y si a un equipo como la Real le creas cuatro ocasiones y no haces gol es muy difícil sacar algo positivo. Nadie podrá criticar al Alicante su rendimiento. La única diferencia entre un equipo y otro es que uno acertó con una jugada que tuvo y el otro con ninguna».
ITURRIA