Aunque hubo minutos en los que correteó por la banda de Mendizorrotza y se podía pensar que podía haber tenido minutos, ya que su entrada en el campo por Moreno y colocar a Emilio en su posición más natural parecía una de las soluciones a la incapacidad ofensiva de la segunda mitad, Natxo Garro no tuvo finalmente la oportunidad de volver a jugar con la elástica albiazul en Mendizorrotza, ocho meses después de la grave lesión que se produjo en el derbi de Ipurua el 5 de abril de 2008. El estado del campo, pesado y embarrado, aconsejó posponer el regreso del gasteiztarra para otro día.

Paradojas del destino, la oportunidad de volver a sentirse futbolista, una vez que su rodilla se ha recuperado, podría llegarle en el mismo estadio eibartarra en el que se produjo el grave incidente. Con la vuelta de Astudillo no será fácil, pero sería bonito volverle a ver disfrutar del fútbol.