Nervios, fiesta y espectáculo en el Atano III
Las diferentes casas de apuestas no mostraban un claro favorito antes de la disputa de la final del Cuatro y Medio que se jugó ayer en el frontón Atano III de Donostia. A pesar de tener dos estilos de juego totalmente diferentes, la calidad de Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo hizo que ni la cátedra ni los aficionados se decantaran por uno de ellos hasta bien avanzado el partido.
Y es que nada más comenzar el enfrentamiento se vio que los pelotaris navarros iban a mostrar, cada uno por su lado, su característico modo de juego. Olaizola demostró desde el principio una seguridad apabullante. Irujo, por su parte, exhibió una vez más que es el jugador más explosivo y espectacular, capaz de lo mejor y de lo peor en un mismo partido. Y así sucedió. El de Ibero combinó tantos de bella factura con fallos incomprensibles para un jugador de su nivel. La clave estuvo en todas los pelotas que marró Martínez de Irujo, que junto a la seguridad y serenidad del pelotari de Goizueta, hicieron que el marcador quedase en un justo 22-17. Olaizola ganaba así su cuarta txapela.
Como ya es habitual, el ambiente en Donostia fue vibrante, lleno de nervios a cada tanto hecho o perdido por cada uno de los contrincantes. La afición pelotazale dio una vez más muestras de la pasión que despierta entre los vascos un deporte único en el mundo.