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Final del cuatro y medio en el Atano III

Aimar consigue otra txapela para conservar una mente privilegiada

Además de signo de identidad y de reconocimiento, la función de la txapela es la de resguardar la cabeza del frío y el viento y Aimar Olaizola consiguió ayer una más con la que proteger su privilegiada máquina para ganar. El de Goizueta no ha sido ni el pelotari con más fuerza, ni el más espectacular, ni el que en mejor momento de forma ha llegado, pero su magnífica defensa y su saber estar han sido dominantes.

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OLAIZOLA II 22

MARTÍNEZ DE IRUJO 17

Jon ORMAZABAL | DONOSTIA

La txapela se pone en la cabeza y por eso Aimar Olaizola se llevó la del Cuatro y Medio en un campeonato en el que, incluso pocas horas antes de comenzar su primer partido era duda su participación. En unas condiciones adversas, sin tiempo para prepararse como él hubiera deseado y con dudas y suspicacias en torno a su persona, el de Goizueta ha desarrollado su ya de por sí enorme instinto ganador y, marcando magníficamente los tiempos, se ha calado la txapela más complicada de su ya dilatado palmarés.

El primer partido jugado ante Koka en el Beotibar y la final de ayer han sido los partidos más dificultosos de este campeonato tan atípico para el delantero de Goizueta, por encima incluso del encuentro que perdió ante Martínez de Irujo en el Ogeta gasteiztarra -el objetivo aquel día era conseguir siete tantos y los hizo pronto, lo demás era un añadido-. En Tolosa, con la derecha bajo mínimos, le bastó con saber estar bien puesto sobre la cancha para conseguir el pase a la siguiente fase sin exponer lo más mínimo y ayer, mucho más recuperado, hizo otro tanto de lo mismo con Juan Martínez de Irujo, aunque para frenar al ciclón de Ibero tuvo que sacar su excelsa defensa.

Guerra sicológica

En casi lo único en que los dos pelotaris coincidieron en las larguísimas previas concedidas por ambos protagonistas fue en que lo importante en las finales es en llegar lo mejor posible al momento clave y ahí Aimar Olaizola le sacó varios cuerpos de ventaja al de Ibero. A pesar de que la chapa sonrió al de Aspe por primera vez en mucho tiempo en este tipo de partidos concediéndole el primer saque, el planteamiento serio y de pelotear largo le duró la docena de pelotazos en los que cometió la primera de las dos pasas que protagonizó en la final. La acertada decisión del juez, el pelotazo del de Ibero tocó la línea, sacó del partido al de Aspe, que concedió una renta de cinco tantos en cuatro saques consecutivos, varios de ellos absolutamente contestables.

Cuando muchos temían lo peor, Martínez de Irujo despertó la bestia que lleva dentro, entró al saque del de Goizueta de aire, dominó el tanto y frenó la racha con un gran gancho al ancho con el que recuperó el saque. Entonces llegaron los mejores minutos del pelotari de Ibero que, con su juego avasallador, tuvo al de Goizueta completamente a su merced, en una sucesión de siete tantos en los que Aimar Olaizola no conseguía llevar el partido a su terreno, a pesar de que lo intentó una y otra vez alargando al borde del reglamento cada espacio de tiempo entre tanto y tanto, botando constantemente la pelota y sumando tantos para la guerra sicológica que le dio finalmente la txapela.

El 5-7 llegó en una dejada del de Aspe desde el tres y medio, pero supuso un punto de inflexión en el momento en el que el luego campeón se retiró a vestuarios aquejado de un golpe en el dedo meñique -el protagonista dijo luego que cree que puede tener una fractura-. Jokin Etxaniz no supo qué hacer para mantener centrado a Martínez de Irujo en esos momentos en los que el partido estuvo parado y la reanudación del juego resultó fatal para el de Ibero.

Con las ideas muy claras, arriesgando lo estrictamente necesario y sabiendo que los errores de Martínez de Irujo llegarían prácticamente solos, Aimar Olaizola consiguió otra tacada de seis tantos que le devolvió un control del marcador que no volvió a perder en el resto del partido.

Lo mejor y lo peor

No consiguió finalmente la txapela, pero Juan Martínez de Irujo no defraudó a sus entregados y volcados aficionados con ese juego pasional y entregado que lo ha llevado a conectar con el público como otros con mucho mayor palmarés no han logrado. Como suele suceder con los genios, el pelotari de Aspe hizo lo mejor y lo peor del resto del partido, pero la razón terminó imponiéndose a la pasión que le puso Martínez de Irujo.

También pasó por vestuarios el subcampeón, en este caso por un golpe que se dio en el costado contra la pared izquierda en el 13-8 y protagonizó momentos inolvidables como el segundo saque tras pasa en el que buscó el ancho de saque con un dos paredes inimaginable en este tipo de partidos para el resto de mortales u otro tanto memorable en el que regresó de entre el público tras llevar un gancho al ancho al alcance de muy pocos.

Sin embargo, ese espectacular juego que puso el frontón en ebullición careció de la consistencia y la duración necesaria para sacar del partido a un Aimar Olaizola que nunca se salió del guión preestablecido con el que llegar a meta.

Jugando largo, madurando al pelotari de Ibero hasta que cometiera el error, Aimar Olaizola fue marcando el ritmo que más le convenía, manteniendo siempre a su rival a una distancia siempre prudencial que no llegó a bajar de tres tantos. Cualquier otro se hubiera rendido ante el saber estar y la defensa demostrada por Aimar Olaizola, las pelotas que llevó en el 16-12 bien valen un campeonato, pero el enorme corazón de Martínez de Irujo le llevó a ponerlo todo en un final de partido en el que incluso se acercó a dos, 19-17, aumentando la enorme producción de traviesas que generaron unos corredores que fueron los que más agradecieron un partido tan a rachas.

Tuvo Martínez de Irujo opciones de ajustar aún más el marcador, pero terminó suicidándose, a veces por precipitarse al entrar al aire en pelotas que requerían de juego a bote y otras por ofrecer regalos como telegrafiar dejadas del tercer piso a un rival tan letal y que aprovecha las concesiones de sus rivales como pocos.

A la postre, la final se terminó en dos pelotas que Martínez de Irujo tiró cuando no le quedaba más remedio que tener que arriesgar en cada uno de sus pleotazos y la txapela terminó marchándose a la cabeza del, hoy por hoy, mejor especialista en este tipo de partidos y es que por algo las txapelas se ponen para cubrir la cabeza.

Iguala a Julián Retegi como mejor especialista de la distancia

Decir que Aimar Olaizola es el mejor especialista de la distancia no es ninguna exageración, ya que con su victoria en la final de ayer, el pelotari de Goizueta igualó la marca que ostentaba en solitario Julián Retegi con cuatro txapelas. Además, con el nivel exhibido en un campeonato que no pudo preparar como él hubiera querido y teniendo en cuenta la edad del pequeño de los hermanos Olaizola, suponer que el de Asegarce será capaz de sumar alguna más tampoco es descabellado.

Como hiciera el de Erasun, el de Goizueta también se está convirtiendo en un especialista en jugar este tipo de partidos en los que el instinto ganador y la mentalización son tan determinantes, ya que la de ayer era su cuarta final en el acotado, solventado con su cuarto entorchado de la distancia.

Xala fue la víctima de Aimar Olaizola en 2005, cayendo con claridad por un rotundo 22-5, un año antes Abel Barriola tampoco pudo oponer mucha resistencia ante el poder del de Goizueta, siendo derrotado por otro claro 22-8 y el zaguero de Leitza también fue protagonista en la final que dio comienzo a la saga en 2002.

Juan Martínez de Irujo, por su parte, perdió su primera final, ya que en otra anterior del acotado salió victorioso ante Barriola por 22-21 en 2006. J.O.

Vestuarios

Ambos pelotaris se retiraron a vestuarios durante el partido, primero Aimar Olaizola con un golpe en el dedo meñique de su izquierda en el 5-7, y luego Martínez de Irujo en el 13-8 con un impacto en el costado, aunque ambos terminaron sin problemas.

Aimar: «Sabía que si quería ganar,
tenía que huir de entrar en su juego»

Aimar compareció ante una abarrotada sala de prensa exultante, con una sonrisa de oreja a oreja. Ya era el nuevo txapeldun. Bien sabía el goizuetarra que sin sudar difícilmente iba a ganar a Juan. «Los partidos contra Irujo siempre son difíciles, pero he estado muy centrado desde el primer minuto, sabiendo lo que tenía que hacer en todo momento» comentó. Sin querer entrar a comparar una semifinal con una final, Olaizola dijo que «estaba claro que en Gasteiz perdí muchas pelotas por entrar en su juego. Hoy, al principio me ha hecho mucho daño con su pelota, pero al ver que él siempre entra de aire, he intentado echárselas al cuerpo». Y claro, la precipitación de Irujo hizo el resto. Y, cómo no, llegó la pregunta de rigor: ¿A quién dedicas la txapela? «Primero a mis padres, porque hoy ha sido el primer partido de este torneo en el que me han podido ver. Después a mi abuela, que no está del todo bien. Pero también quiero mencionar a Miren, de Goizueta, que está en el hospital», dijo. Una txapela no se gana todos los dias, y la fiesta se alargó en un sagardotegi de Urnieta. Koldo AKORDARREMENTERIA

Jende asko, kantuak, apustuak... eta Mikel Laboa ere gogoan

Ordu erdi falta zen une handirako. Kantxan ziren Xala, Olaizola I.a, Goñi III.a eta Otxandorena. Ez ziren beraiek finaleko aktoreak, baina giroari so egin, eta askok esango luke finala hasia zela ordurako. Laster heldu zen benetako momentua. Irujo eta Aimar frontoira sartu, eta burrunba egin zen.

Justu momentu horretan, ordea, bi finalistak berotze lanetan murgilduta zirela, hirugarren protagonista azaldu zen Atanora: Mikel Laboa. Jatorria non zegoen argi geratu gabe, «Txoria txori» abestiak frontoiaren horma guztiak argitu zituen. Harmailetan bizi zen giro onaren beste erakusle bat izan zen. Hunkigarria, bai. Baina berehala «Aimar», «Irujo» oihuek berriro ere protagonismo osoa hartu zuten.

Zarata eta burrunba izugarriak ziren. Iberoko jokalaria momentuko mediatikoena dela zalantza gabe esan daiteke. Bere keinu katalogo zabalak -bere bertsio guztietan- afizio gazte zein helduenarekin konektatzen du. Irujok publikoa estimulatzen du, eta publikoak, erantzun bezala, Irujo motibatzen du. Bien artean sortzen den energia izugarria da, eta askotan badirudi gailenezina dela. Baina atzokoan jendearen laguntza ez zuen nahikoa izan Irujok. Aimarrek ere zale asko eraman zituen frontoira. Haren jarraitzaileak oso fidelak izan ohi dira, eta atzo ere han egon ziren, momentu txar zein onetan. Gainera, Gasteizko finalerdietan baino beroago aritu ziren atzokoan Olaizolaren aldekoak. Eta ondo eskertu zuen hori Aimarrek. Bestetik, pankartek aspalditik hona izan duten loraldiaren adibide izan zen atzoko partidua ere. «Forofismoa» esango du baten batek. Eta egia esan, pankarta kopurua aintzat hartuta esan daiteke berdinketa teknikoa izan zela bien artean. Ezin jakin zeinek eraman zuen jende gehiago, baina egia da Irujoren aldekoak zaratatsuagoak zirela. Partiduak sortutako ikusminaren ondorio bezala, politikagintzako eta kirol munduko jende asko hurbildu zen atzo Atano III.era. Haien artean Juan Mari Atutxa, Javier Madrazo, Jose Maria Arrate, Athetic-eko presidente ohia, Julian Retegi, Jose Angel Ziganda, Joseba Etxeberria edota Markel Susaeta.

Baina errebindikazioek ere izan zuten lekurik, eta bi pilotariek Euskal Herriko selekzioaren aldeko agiria sinatu ostean, atzo Goizuetako gaztetxeko kideek «Euskal Herriko selekzioarekin batera Aimar eta Irujo aurrera» irakur zitekeen pankarta atera zuten. Miren Azkarateren agerpenak ere -berak eman zion Irujori txapeldun-ordearen trofeoa- haserrea piztu eta PNVren aurkako oihuak eragin zituen. Koldo AKORDARREMENTERIA

Martínez de Irujo: «Habrá que volver a más finales para poder ganar alguna»

«No quiero poner como excusa el frontón, ya que está claro que Aimar ha jugado más que yo». Punto. Irujo dio una lección de capacidad sintética y lo resumió a la perfección en la valoración inicial. Dijo no sentirse decepcionado porque «lo importante era llegar a la final, y es para estar satisfecho». Pero no quiso pasar por alto un hecho, que le pareció, cuanto menos, injusto. Hay que remontarse al inicio del encuentro. Aimar, consciente del gusto de Irujo por el juego veloz y precipitado, decidió ralentizar el ritmo de un modo que al de Ibero no le gustó. «Aquí si rompes una silla, te sacan una tarjeta roja, y se quedan más satisfechos que el copón, pero en 7 tantos te coges 7 descansos y nadie dice nada. No tienen cojones de poner el cronómetro en marcha», dijo enfadado. De todos modos no quiso poner más excusas. «Lo he intentado peloteando primero y de aire después. Pero hoy no ha habido suerte». Irujo quiso finalizar dando las gracias por el apoyo recibido. «La gente se ha volcado conmigo, han venido en masa, y los gritos del final me llenan mucho», conluyó. Koldo AKORDARREMENTERIA

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