Raimundo Fitero
Delirios futbolísticos
La asamblea de compromisarios del Real Madrid se retransmitió casi en directo por la gran mayoría de los medios de comunicación estatales. Un marciano que acabase de llegar a la tierra al ver la jerarquía con la que aparecía en los boletines horarios de las radios o en los noticiarios televisivos, entendería que se trataba de algo importante para resolver la crisis económica o al menos para el destino de algún grupo político, étnico o de intereses inmobiliarios. Los gritos descalificadores, la crispación, la aparición de los ultra-sur, es decir de una fuerza bruta fascistoide de coacción, nos dibujaban algo más que los destinos de un club de fútbol, era como una película de gansters, con métodos mafiosos.
En La Sexta, la tarde de los domingos, con Patxi Alonso al frente, está intentando hacer realidad un viejo sueño de muchas cadenas: el carrusel deportivo televisado. Se llama «Minuto y Resultado» y lo que deja claro es que el tal Alonso es un buen entretenedor, que está muy bien de voz, que grita, se excita, intenta crear un espacio emocional que enganche y que, además, toma partido con su Athletic. Es bueno en estos menesteres, tiene rapidez de reflejos, modula sus tiempos, pero semana a semana se va deslizando cada vez más por el espectáculo gritón, auto excitado. El problema viene en que lo que ofrecen es filfa y no se corresponde con esas pasiones. Esas conexiones con sus narradores con cascos contando sin imágenes lo que sucede provoca una gran frustración. No estaría mal un carrusel de verdad. ¿Tienen dinero y derechos para realizarlo? ¿Están de acuerdo los clubes?
Aunque el desideratum del delirio futbolístico de la semana está en un aficionado del Vasco de Gama de Río de Janeiro, que al ver como su equipo perdía, intentó suicidarse. La noticia así contada parece una anécdota pero en lal figura de este hombre se concentran todas las sospechas sobre la capacidad de la adicción al fútbol para crear patologías irremediables. La suplantación de los intereses vitales propios, por objetivos externos manipulables y extensamente publicitados. Que hablen los sociólogos y los sicólogos. El opio del pueblo.