Cinco semanas después de que ecologistas denunciasen que el pez espinoso estaba a punto de desaparecer del cauce del río Castaños, en Barakaldo, por la construcción de la Supersur, la Diputación anunció ayer la aprobación del plan de gestión de esta especie amenazada.

La protección foral, que las asociaciones conservacionistas esperaban desde hace años, llega tarde para los ejemplares que poblaban el cauce del Castaños. En este río baracaldés la vida piscícola está condenada por los vertidos de las obras a los arroyos Pasajes y La Salud.

Tras más de cinco años de trabajos, la institución vizcaina refrendó el Plan cuyo ámbito de aplicación serán los estuarios y tramos de río hasta diez kilómetros aguas arriba de las áreas de interés especial para el pez espinoso. Estas zonas son los ríos Galindo, Gobela, incluyendo el humedal de Bolue; Udondo, con el humedal de Astrabudua; y Asua. El objetivo que se pretende es «eliminar las amenazas sobre la especie, promoviendo la recuperación, conservación y manejo adecuado de sus poblaciones, así como la protección, mantenimiento y mejora de sus hábitats» en Bizkaia.

Así, se evitarán las desecaciones de los humadales y las purgas de los fondos de los embalses situados aguas arriba de las áreas de interés durante el periodo reproductor del espinoso, que va de abril a agosto. Precisamente fueron unas obras forales en el barrio baracaldés de Retuerto, el pasado verano, las que provocaron una fragmentación del hábitat del pez en el Castaños, según la denuncia de los colectivos ecologistas.

Las muestreos realidos en el río Galindo detectan densidades que varían entre 77 y 706 individuos por 100 metros cuadrados; en el Gobela, de entre 2 y 465; y en el río Asua, de entre 1 y 6.