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Operación policial franco-española

La policia francesa dejó que la Guardia Civil rematara la operación de Gerde

Ibai Egurrola, Xabier Gutiérrez y Amets Ladislao se encuentran incomunicados en manos de la Guardia Civil tras ser detenidos el lunes «en las cercanías de Irun». A tenor de la versión de la ministra francesa de Interior, se detectó su presencia en Gerde -donde fueron arrestados Aitzol Iriondo, Eneko Zarrabeitia y Aitor Artetxe-, pero no se les capturó hasta cruzar la muga. «La cooperación fue ejemplar», dice Alliot-Marie.

GARA | DONOSTIA

Aitzol Iriondo, Eneko Zarrabeitia y Aitor Artetxe son interrogados por la Policía francesa, pero no es ése el caso de los res- tantes arrestados: Ibai Egurrola, Xabier Gutiérrez y Amets Ladislao. Los tres están en manos de la Guardia Civil, lo que hizo que el movimiento pro-amnistía expresara su alarma por la posibilidad de torturas dados los antecedentes de este cuerpo militar.

De hecho, diversos medios dejaron caer ayer que las policías decidieron esperar a que cruzaran la frontera, en Irun, para que fuera la Guardia Civil quien los capturara. Esta tesis queda avalada con los detalles dados ayer por la ministra de Interior francesa, Michèle Alliot-Marie. Dijo que «en el momento de las detenciones, que se efectuaron en la plaza del pueblo [Gerde], constatamos que un coche se escapó, y fue ese vehículo el que fue interceptado en España. Fue, por lo tanto, la misma operación, en la que la cooperación franco-española fue ejemplar».

Mucho más parca en explicaciones se mostró la parte española. Así, el ministerio que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba ocultó todo el día la identidad de los tres detenidos en Irun, de modo que no se conoce siquiera detalle alguno sobre la hora, el lugar exacto o el modo en que se produjo esta captura.

Intentan ocultar la identidad

A mediodía, Radio Euskadi informó de que los apresados al cruzar la muga eran Egurrola, Gutiérrez y Ladislao. El movimiento pro-amnistía lo confirmó posteriormente, y detalló que Gutiérrez es vecino de Leioa, y los otros dos, de Algorta. La Policía les imputaría haber trasladado a Aitor Artetxe hasta la localidad del Pirineo central.

Tras difundirse las identidades extraoficialmente, algunos medios apuntaron que el Ministerio del Interior quería mantenerlas en secreto para tratar de prorrogar la redada. GARA pudo saber que la Guardia Civil telefoneó a alguno de los domicilios de los detenidos para hacer saber que están incomunicados y que no se prevé que pasen a declarar antes del viernes, y a primera hora de la noche, según agencias, las FSE comenzaron a registrar viviendas relacionadas con esos jóvenes; concretamente, dos en Getxo, otra en Berango y una cuarta en Leioa.

El Gobierno español sólo informó de las acciones que imputa a Aitzol Iriondo -natural de Lasarte-Oria-, Eneko Zarrabeitia -de Abadiño- y Aitor Artetxe -de Algorta-. Al primero le implica en la muerte del concejal Froilán Elexpe en 2001 y le señala como supuesto jefe del «aparato militar» de ETA tras la detención de Garikoitz Aspiazu, además de investigar si participó en el tiroteo de Capbreton; a Zarrabeitia le achaca haber entregado el vehículo para la acción mortal contra el cuartel de Legutio; y a Artetxe, las explosiones contra el cuartel de Durango y el Club Marítimo del Abra de Getxo.

Iriondo, Zarrabeitia y Artetxe continuaban anoche en dependencias policiales de Baiona, hasta donde fueron llevados desde Gerde la misma tarde de la detención. Tras los interrogatorios preceptivos, se espera que hoy sean llevados a París. Como ocurrió con la redada de hace tres semanas, evitan por el momento cualquier tipo de imagen de los tres jóvenes.

Tres armas

En el caso de lo ocurrido en Gerde, el Gobierno español aportó ayer un nuevo dato: el supuesto hallazgo en un vehículo usado por Iriondo de tres armas cortas, documentos falsos, componentes eléctricos, material para el robo de vehículos, placas de matrícula «dobladas», documentación de ETA y material informático. Rubalcaba se apresuró a poner énfasis en su valor, sin dar datos más concretos.

El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, fue quien compareció ayer para realizar las habituales afirmaciones sobre su intención de acabar con ETA por la vía policial. El PP le instó a profundizar en ella incrementando los ataques a otros sectores de la izquierda abertzale.

Desde el PNV se saludaron los arrestos, pero se insistió en que la vía policial no es suficiente para acabar con este problema. Y portavoces como el jeltzale Josu Erkoreka o el consejero de Lakua y dirigente de EA Joseba Azkarraga mostraron su extrañeza de que se hable tanto de «números 1 de ETA» tras estas redadas.

Un millar de personas se manifiestan por los detenidos

En Abadiño, 350 personas apoyaron a Eneko Zarrabeitia; en Algorta (en la foto), de donde son Aitor Artetxe, Amets Ladisloa e Ibai Egurrola, fueron 450; en Leioa, de donde es natural Xabier Gutiérrez, 200 más (hubo dos identificados); y otras 100 en Lasarte-Oria, la localidad de Aitzol Iriondo. Las protestas seguirán a diario hasta que pasen ante los jueces.

El «compromiso» de cerrar el caso de Capbreton deriva en un nuevo baile de nombres

El 1 de diciembre de 2007, tras el tiroteo de Capbreton en el que ETA mató a dos guardias civiles, el Gobierno español puso énfasis total en afirmar que los tres culpables serían detenidos. Y cerrar esa operación se ha convertido en una obsesión que está provocando un incesante baile de nombres en versiones policiales que son reproducidas de modo mimético por la práctica totalidad de los medios. Así, ahora se vuelve a afirmar que Aitzol Iriondo podría haber sido autor material del tiroteo después de que Madrid diera por seguro hace tres semanas que no fue Garikoitz Aspiazu, con lo que dio aún más eco mediático a la noticia de su detención.

Tras el arresto de Cauterets, fue el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien salió a la palestra para reivindicar que «aseguré que los responsables de aquel execrable crimen serían detenidos y hoy he visto cumplido ese compromiso». Sin embargo, los tribunales franceses no vieron elementos suficientes para imputarle la acción, de modo que ahora Madrid cambia de tesis, vuelve a señalar a Iriondo... y reproduce el impacto mediático.

La imputación a Aspiazu de hace tres semanas tiene otro elemento a analizar. Policías y medios dijeron basarse para ello en la declaración de dos de los detenidos en octubre en Nafarroa, que declararon que Aspiazu se presentó ante ellos como autor de los disparos de Capbreton. Pero se da la circunstancia de que ambos denunciaron haber sufrido torturas para imponerles una declaración. En concreto, Xabier Rey detalló que había sido sido golpeado en los testículos, le habían hecho «muchas sesiones de bolsa» y le habían amenazado con ponerle electrodos y con violar a su novia. Y Aurken Sola refiere que le dieron golpes en la cabeza, le practicaron también la «bolsa» y le amenazaron con «darle dos tiros».

R.S.

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