Barroso urge a Alemania a que apoye el plan de Bruselas contra la crisis
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, urgió a los Veintisiete a que aprueben el plan contra la crisis que ha planteado Bruselas con el objetivo de gastar el 1,5% del PIB comunitario, apelando así a Alemania a que deje a un lado sus reticencias. Añadió que la cifra podría ampliarse porque la UE probablemente deberá adoptar más medidas contra la crisis en el futuro.
GARA |
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, hizo ayer un llamamiento urgente a que la cumbre comunitaria que se llevará a cabo mañana y el viernes apoye el plan de reactivación económica porque «es ambicioso y realista». En una conferencia de prensa Barroso recalcó que las medidas sólo tendrán éxito si inspiran la confianza de inversores y consumidores.
También insistió en que Europa debe sellar en la cumbre sus compromisos medioambientales y aseguró que la acción contra el calentamiento es parte del estímulo económico.
Respecto al plan para sacar a Europa de la crisis económica, el presidente de la Comisión defendió el planteamiento de Bruselas de destinar el 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) comunitario a impulsar la actividad y el empleo y confió en que los líderes de los Veintisiete respaldarán esa cifra.
Más medidas
Mostró comprensión hacia aquellos que apuestan por ser más prudentes, en referencia a Alemania, pero insistió en que «para ser creíble hay que establecer un objetivo».
Barroso reiteró que la crisis sin precedentes surgida en el sector financiero no se resolverá centrándose sólo en ese ámbito. Añadió, no obstante, que no se trata de «gastar por gastar» y explicó que la propuesta de la Comisión plantea llevar a cabo un estímulo presupuestario a corto plazo, pero con medidas compatibles con los objetivos de la UE a medio y largo plazo.
Ante las comparaciones del plan europeo con las medidas que estudia la próxima Administración estadounidense, más cuantiosas, el presidente del Ejecutivo comunitario resaltó las diferencias en la situación de las dos economías.
Apuntó, además, que los Veintisiete se verán probablemente obligados a adoptar más medidas coyunturales en el futuro. «Tendremos que esperar a 2009 para ver cuál es nuestra cifra final», afirmó. También restó importancia a la resistencia del Gobierno alemán a contribuir al plan europeo y aseguró que «no hay desacuerdo», aunque sí algunas cuestiones en discusión. Subrayó que siendo la alemana la primera economía de la UE, no tendría sentido hacer un esfuerzo europeo sin su contribución. En las últimas semanas, Berlín ha dejado claro que no tomará nuevas medidas coyunturales hasta que no compruebe el resultado de las ya adoptadas, que suponen un esfuerzo equivalente al 1,2% de su PIB.
El plan se aprobó por parte de los ministros de Economía y Finanzas con ciertas reservas por la cifra planteada y por sugerir que aún podría ir más allá del 1,5% del PIB comunitario, sobre todo por parte de la República checa y Eslovaquia. También el reparto del esfuerzo de cada país es motivo de discusión.
El Estado francés y Gran Bretaña, que han anunciado planes de 26.000 y 23.500 millones de euros respectivamente, reafirmaron su apuesta por objetivos más ambiciosos en una «minicumbre» entre Barroso, el primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Alemania, con un plan de 31.000 millones en dos años, y ausente de ese encuentro, pide menos compromisos y no ocultó su contrariedad por no haber sido invitada. Al igual que Polonia y Holanda, rechaza la propuesta de utilizar 5.000 millones de fondos no previstos en el presupuesto de la UE, así como la de rebajar el IVA, como reclama París.
La iniciativa Herria Kalera comenzó ayer sus movilizaciones de denuncia sobre los causante s de la crisis, los planes de rescate y los expedientes de regulaciones de empleo en Donostia frente al Banco Guipuzcoano y con la participación de trabajadores de Sabeco, que explicaron su situación.
La recesión simultánea por la que atraviesan EEUU, Europa y Japón amenaza con ser la peor desde la II Guerra Mundial, según un informe del Banco Mundial, que prevé un crecimiento global de sólo el 0,9% en 2009 y no descarta la posibilidad de una recesión global muy profunda.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, insinuó ayer que el Consejo de Gobierno de la institución podría adoptar una posición más conservadora respecto a la política monetaria de la eurozona en su próxima reunión de enero a la espera de que los bancos comerciales trasladen a sus clientes los últimos recortes de tipos. En una entrevista concedida a la cadena pública británica BBC, Trichet indicó que los recientes recortes de tipos adoptados por el BCE, que ha reducido en 175 puntos básicos su tasa rectora desde el pasado 8 de octubre, todavía «necesitan ser transmitidos a la economía real», ya que las entidades bancarias aún no aplican esta bajada en sus operaciones de crédito. De este modo, reitera las insinuaciones realizadas en la rueda de prensa posterior a la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE, en la que apuntó que la institución no deseaba verse atrapada sin margen para maniobrar y que existía un límite para los recortes. Asimismo, advirtió de que los tipos interbancarios, y en concreto el Euribor, siguen «demasiado elevados», a pesar de los esfuerzos de la autoridad monetaria «para volver a la normalidad».
