La Secretaría de Derechos Humanos del Gobierno de la provincia de Buenos Aires y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) dieron a conocer el hallazgo de 10.000 fragmentos óseos en el centro clandestino de detención conocido como Pozo de Arana, en La Plata

En rueda de prensa, el presidente del EAAF, Luis Fondebrider, subrayó que «es la primera vez en 25 años de trabajo que encontramos restos humanos inhumados en un centro de detención clandestino. Hemos trabajado en todo el país y siempre hemos encontrado restos en cementerios, nunca fuera». «En pocos lugares del mundo hemos visto lo que hemos encontrado en Arana; restos humanos enterrados en fosas, cuerpos que han sido quemados dentro de las sepulturas con gomas, combustible y otros elementos. También hemos hallado una cantidad importante de cartuchos de proyectiles de armas de fuego. En uno de los muros cercanos a donde estaban inhumados los cuerpos, hemos encontrado más de 200 impactos de proyectiles que, en algunos casos, aún estaban incrustados dentro del muro», remarcó.

Aún está por determinar el número de personas a quienes corresponden los restos. Fondebrider advirtió de que el proceso será difícil y que las posibilidades de identificarlos son «bajas» por el mal estado en el que están, la mayoría calcinados. «Estamos trabajando con dos de los laboratorios de genética forense más importantes del mundo en el análisis de restos en malas condiciones. Pero somos cuidadosos en cuanto a las expectativas, como siempre; va a ser muy difícil identificarlos», insistió.

El antropólogo Miguel Nieva explicó que en algunos lugares encontraron fosas cavadas a mano. «Se han podido reconstruir las marcas originales de las palas y dónde depositaron los cuerpos con neumáticos para producir la quema».

López, dos años desaparecido

En el lugar han aparecido monedas y otros objetos que «nos permiten establecer una fecha tentativa de los sucesos, pero que es coincidente con los testimonios orales que hay al respecto», añadió Fondebrider.

Uno de esos testimonios fue el de Jorge Julio López, que estuvo detenido en este centro. Su testimonio fue clave en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. López está desaparecido el 18 de setiembre de 2006.

La secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Sara Derotier de Cobacho, propuso convertir el Pozo de Arana en museo.