Raimundo Fitero
Pequeñas diferencias
El senador Manuel Fraga Iribarne, no ha condenado al franquismo del que fue cómplice de las sentencias de muerte, pero se pasea con su garbo octogenario por todos los lugares donde dan comida a cargo del presupuesto y dice las barbaridades más reaccionarias y violentas, pero ni la fiscalía interviene, ni le pasa absolutamente nada. Es la diferencia de ser un buen español, violento, con muchas muertes en su currículo, y no un concejal o un diputado en Cortes de algún partido independentista que aunque digas que lamentas la violencia, como no deletrees su retórica condena vacía, no solamente eres perseguido, desposeído, sino que puedes acabar en la cárcel española, por cantar, por pensar o por expresar algo que al manuelfraga de turno no le pase por sus cojones admitir en nombre de la única nación verdadera.
Pensaba esto viendo una entrega de Buenafuente en la que reunió a los alcaldes de Barcelona y de Madrid. Al de Barcelona, ustedes seguramente ni saben su nombre ni le ponen cara, se apellida Hereu (heredero), pero el de Madrid es una estrella mediática: el señor Ruiz Gallardón, hijo de su padre y apadrinado político directo del señor Fraga, al que siempre dice en público que tanto le debe. Buenafuente los reunió y desperdició veinte minutos televisivos y de la vida de esos próceres, hablando del partido del siglo que se celebra precisamente hoy y, qué coincidencia, lo retransmite la misma cadena que le da cobijo, La Sexta.
Sinceramente, el esfuerzo de reunir a ambos en un plató, no se corresponde con la idiotez de entrevista que se marcó, que no tuvo ni gracia, ni interés, fue simplemente, una pérdida de tiempo. Una gilipollez. ¿No tenía nada que preguntarles a esos señores sobre el endeudamiento de sus respectivos ayuntamientos, de sus problemas infraestructurales, de tantas cosas del cada día que se preguntan los ciudadanos? Pues, no, simplemente unas banalidades sobre el partido de marras. Vale, sí, es el monotema, pero hablando del partido, se puede sacar más partido a los dos alcaldes. Otra vez más se demuestra que Buenafuente es un pésimo entrevistador. Pequeñas o grandes diferencias.