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Trabajadores de Eroski estudian una enmienda contra el proyecto EMES

Trabajadores de Eroski estudian la presentación de una enmienda a la totalidad que frene el proyecto que la dirección de la cooperativa impulsa para cambiar la estructura del grupo y hacer cooperativas a sus filiales y cooperativistas a sus casi 50.000 trabajadores. Ayer se celebró en Zornotza la primera asamblea informativa sobre esta decisión que se votará definitivamente en asamblea el 17 de enero.

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Eroski dio ayer los primeros pasos para adoptar en su asamblea de socios la decisión de convertir en cooperativistas a los 47.000 trabajadores del grupo. Antes de la asamblea general extraordinaria que el próximo 17 de enero debatirá y, en su caso, hará oficial el cambio en la estructura del grupo, este fin de semana se están llevando a cabo las primeras juntas de socios, de carácter informativo.

Ayer tuvo lugar la primera de ellas en Zornotza y mañana, la segunda, en el BEC. Las siguientes se celebrarán el domingo 21 en el Kursaal de Donostia y en el Baluarte de Iruñea. En ellas, se detalla a los delegados de los socios de Eroski información sobre el proceso de Estatuto Marco de la Estructura Societaria (EMES), aunque no es algo nuevo, ya que Eroski lo lleva desarrollando desde hace dos años.

El proyecto supone convertir a cada sociedad dependiente del grupo en una cooperativa. Y cada una de ellas, a su vez, se convertirá en socia de otra cooperativa de segundo grado, Eroski S.Coop. Esto supone que todos los trabajadorse podrían convertirse en socios cooperativistas.

Voces discrepantes

Según explicó el director general de Eroski en una entrevista en este diario, dentro de tres años, cuando complete todo el proceso, «Eroski no va a parecerse en nada» al modelo con el que contaba hasta ahora.

El cambio implica un nuevo modelo de organización. Según los directivos, el respaldo entre los trabajadores que se convertirán en socios es prácticamente unánime. Hasta ahora habían surgido voces discrepantes en el seno de la Corporación Mondragón, donde socios cooperativistas habían hecho públicas sus críticas hacia la operación. Sin embargo, por lo hablado en estas primeras juntas, también entre la plantilla de Eroski existen reticencias hacia la forma en que se ha planteado.

Así, pudo constatarse que trabajadores de la cooperativa preparan una enmienda a la totalidad para frenar el proyecto.

Dudas sobre la decisiones

Desde la dirección, se defiende el proyecto como una forma de equiparar las condiciones de los actuales 8.000 socios trabajadores con el resto de la plantilla, extender la cooperativa y reforzar los valores cooperativos. Sin embargo, un colectivo de trabajadores no tiene tan claro que vayan a poder influir directamente en las decisiones.

Los socios de Mondragón que hasta ahora han expuesto sus críticas, subrayaban en su artículo que las dos consecuencias «claras y buscadas» de la operación EMES, serán, por una parte, «la irreversible y progresiva mayoría española en el poder» y, por otra parte, «la velada salida de MCC a efectos prácticos, al crear una nueva corporación alternativa a la medida de la dirección de Eroski con control estatal».

Denunciaron la falta de debate en la operación, «pensada y preparada largamente a espaldas del propio colectivo de socios y del grupo cooperativo». En su opinión, «existen elementos estructurales que facilitan que la dirección mediatice los órganos de decisión».

Este grupo de socios añadió que desaparece la posibilidad de que la sociedad vasca cuente con un grupo de distribución cooperativo, al convertirse con mayoría en el Estado español.

También argumentaron que, mientras en Euskal Herria Eroski es una empresa pujante, las filiales del Estado «pierden mucho dinero», y así se impediría deshacerse de ellas. A su vez, explicaban, «la retribución de los directivos se disparará al perder las referencias cooperativas», además de desligarse de las normativas de la Corporación. Opinaron que para sacar adelante el proyecto, se están utilizando los sentimientos cooperativistas.

Estos socios aseguran que «agentes fundamentales de la experiencia cooperativa comparten el fondo de estas consideraciones» y apelaron a un debate serio antes de adoptar la decisión definitiva, con el fin de poder crear un grupo cooperativo de distribución y consumo comprometido con el país que lo creó, en sinergia con todo el movimiento cooperativo vasco».

Crisis

Junto al cambio de estructura, las asambleas debatirán las medidas contra la crisis propuestas por la dirección, como congelación de sueldos de los socios y no monetarizar los intereses de sus participaciones.

Futuro complicado

Eroski reconoce que, aunque acumula beneficios hasta la fecha, espera concluir el año por debajo de sus previsiones. Sugiere que el poder adquisitivo y la monetarización podrán recuperarse cuando pase la crisis, pero no prevé que sea en un plazo de dos años.

Críticas por no contar con el documento a debate

Las críticas desde el colectivo de trabajadores de Eroski no sólo se dirigen hacia el contenido del proyecto EMES. También la forma en que se está preparando el debate de este fin de semana es objeto de denuncia. Así, algunos de ellos indicaron que acudirían a las juntas informativas sin conocer el texto definitivo que se someterá a votación en la asamblea decisoria del 17 de enero, ni las posibles enmiendas al mismo, un hecho que limita la posibilidad de presentar enmiendas alternativas. Afirmaron que el pasado jueves aún no conocían ese texto y, en este sentido, observaron cierta «incongruencia» en convocar convocar a una asamblea informativa en esas condiciones. GARA

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