Maite Ubiria Periodista
Los dineros públicos y el gesto burlón de Fauxto
Fin de año con sabor a crisis y pedrea presupuestaria. Un guión conocido, y una propuesta nueva, la que plantea Antton Luku en su «Fauxto karrusa». Los actores de Hiru Punttu se mezclan con nosotros y nos invitan a la introspección. ¡Vaya palabra! No, más bien nos pinchan donde más nos duele. ¿En el bolsillo? Y en nuestro corazón cultural y en nuestra alma de euskaltzales.
Pillaje en el Guggenheim, olor a podrido en el Museo Balenciaga, comisiones de investigación, nervios en Lehendakaritza.
Y en un ambiente de justificada sospecha, una abultada subvención que firma la Consejería de Azkarate... De nuevo ese Fauxto que sin permiso tomo prestado a Luku se cruza en el camino y juguetón sugiere que no nos quedemos en la superficie, que escrutemos el balance de treinta años primero de relación furtiva y hoy de amor forzoso entre creación cultural y presupuesto. ¿Y la errática política de euskaldunización?
Hace una semana Patxi Baztarrika se acercó hasta Baigorri, donde con ilusión y trabajo los padres y responsables de dos centros escolares han puesto la primera piedra de una nueva y necesaria instalación educativa.
El Gobierno de Lakua ha otorgado 300.000 euros de ayuda a la construcción de ese centro. Es el segundo benefactor más importante tras el Fondo de Educación Católica. Es la primera vez que llega de Gasteiz una ayuda similar a un centro religioso de Iparralde que ofertará más del 60% de sus enseñanzas en euskara. Antes sólo ayudaban a Seaska, nos susurra una voz.
El matiz cuenta. La nueva ikastola de la localidad nació en 2006, en un local alquilado, con 14 alumnos, con el apoyo principal de asociaciones y gentes euskaltzales... y tras un largo y furibundo boicot de la Alcaldía.
Las cosas mejoran y hoy hay menos barreras, y más trabajo común. Ikastola, escuela pública, centros religiosos celebran Olentzero en Baigorri. La magia del euskara suma voluntades.
Aun así, no deberíamos eludir el «otro» debate. ¿Cómo limar dosis de discrecionalidad a la hora de distribuir dinero público? Es hora de sacudir las alfombras. Fauxto no apela a la caza de brujas, sólo anima a rescatar la imaginación. Si de paso nos liberamos de unos cuantos dogmas y ataduras, gaitzerdi.