Gates insta a continuar presionando a Irán para que «cambie de política»
Tras advertir de que la Administración de Barack Obama estará dispuesta a responder a cualquier ataque desde el mismo momento en que tome posesión, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, destacó ayer en Bahrein que Irán seguirá siendo uno de los objetivos estratégicos del nuevo Ejecutivo. En este sentido, abogó por incrementar la presión contra Teherán para obligarle «a un cambio de política y a comportarse como un buen vecino».
Jim MANNION |
El secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, instó ayer a los estados vecinos de Irán a presionar a Teherán para «obligarle a cambiar de política» y alertó a los adversarios de EEUU ante cualquier tentación de probar al presidente electo Barack Obama.
Gates realizó estas declaraciones en el marco de una conferencia sobre seguridad en el golfo Pérsico en Manamah, la capital de Bahrein, en la que participaron 25 estados. Irán había anunciado su presencia en este foro, pero finalmente la República Islámica no viajó a Bahrein.
«Nadie quiere un cambio de régimen en irán. Lo que queremos es un cambio de política y un cambio en el comportamiento para que Irán se convierta en un buen vecino de los pueblos de la región en vez de ser una fuente de inestabilidad y de violencia», afirmó Gates.
Junto a ello, Gates añadió que «habrá que ver» si la nueva Administración estadounidense suaviza las condiciones impuestas para mantener una diplomacia directa con Irán.
«Pero hay una cosa que puedo decir con confianza y es que el presidente electo no se ha hecho ninguna ilusión sobre el comportamiento de Irán y sobre lo que a este país se refiere en relación a su programa de armamento», declaró Gates.
«Tenemos que trabajar todos juntos para intentar presionar económica y diplomáticamente para provocar un cambio en el comportamiento de Irán», prosiguió Gates.
En este sentido, insistió en que EEUU actuará con sus «amigos y aliados para que estas presiones políticas y económicas lleven el cambio a Irán».
«Nuestro objetivo es cambiar el comportamiento de Irán, impedir que pueda desarrollar armas nucleares y evitar un conflicto, para lo que utilizaremos cualquier herramienta que esté a nuestra disposición para hacer más efectivas estas presiones», destacó.
El secretario de Defensa, que conservará el cargo que ha tenido durante la Administración de George Bush tras la toma de posesión de Obama, reconoció que la región del golfo Pérsico, una de las que más riqueza petrolífera alberga, seguirá siendo una de las principales preocupaciones de EEUU.
«Transmito un mensaje del presidente electo Obama de continuidad y de compromiso con nuestros amigos y socios de la región», dijo Gates.
«Quienes piensen que en los próximos meses podrían tener la ocasión de poner a prueba la nueva Administración estarán en un gran error», insistió Gates.
«El presidente electo y su equipo, yo incluido, estarán dispuestos a defender los intereses de EEUU, de nuestros amigos y aliados, desde el mismo momento en el que asuma sus funciones el 20 de enero», subrayó.
La nueva Administración de EEUU se prepara para dar prioridad a Afganistán. Durante una visita a Kandahar el jueves, Gates prometió a los comandantes militares nuevos medios y refuerzos en el marco de la retirada de soldados estadounidenses de Irak de aquí a 2011.
Pero Gates subrayó que seguirán preocupándose por «la estabilidad» de Irak y los intentos de Irán de ejercer influencia sobre el Gobierno de Bagdad.
El acuerdo de seguridad entre Bagdad y Washington «marca el amanecer de una nueva era en Irak, donde un Gobierno soberano, independiente y representativo está por fin en marcha», proclamó Gates.
Sin embargo, advirtió de que «no hay duda de que Irán intenta intensamente influenciar en la dirección y la evolución del Gobierno iraquí y de que no es un buen vecino».
Gates incluso acusó a Irán de entrenar y armar a los insurgentes que actúan en Irak e instó a los estados árabes a apoyar al Gobierno de Bagdad para minimizar la influencia de Irán en la región.
En este sentido, recordó que Irán ha realizado este año pruebas de misiles de largo alcance capaces de golpear a cualquier país de la región y añadió que es «casi seguro» que Teherán destina su programa nuclear para producir armas atómicas. La República Islámica ha negado siempre estas acusaciones categóricamente, destacando que su programa nuclear es de carácter meramente civil y destinado a la producción eléctrica para mejorar la calidad de vida de los iraníes.
Gates insistió en la necesidad de que los estados árabes mantengan las sanciones financieras impuestas por la ONU a Irán, «que podrán aumentar su eficacia si se acoge a Irak en el seno del mundo árabe. Irak quiere ser su socio y visto el desafío que representa Irán es preciso que lo sea», dijo dirigiéndose a los estados del golfo Pérsico.
Pese a las «sugerencias» de Gates, el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Abdel Rahman al-Atia, rechazó que Irak se integre en este organismo formado por Arabia Saudí, Kuwait, Bahrein, Omán, Emiratos y Qatar.