Crónica | Gran ambiente el la feria
La madrugadora celebración de Santo Tomás abarrota las calles de Bilbo
Aprovechando la tregua concedida por este frío y lluvioso otoño de 2008, miles y miles de personas se echaron a la calle para disfrutar de una de las festividades más emblemáticas de Bizkaia: Santo Tomás, que adelantó un día su celebración para coincidir con el sábado. Hoy es el turno de los donostiarras.
Ruben PASCUAL
Cuando, a principios de octubre, los organizadores de la tradicional feria de Santo Tomás, BBK y Consistorio bilbaino, comunicaron su intención de adelantar un día esta festividad anual a petición de los productores, para hacerla coincidir con el sábado, algunos sectores expresaron su deseo de que Santo Tomás se celebrase en el día que le correspondía, es decir, el día 21 de diciembre.
Más allá de polémicas, llegado el momento la gente optó ayer por salir a la calle aprovechando la presencia del sol, que tan escaso protagonismo ha tenido durante este lluvioso y frío otoño. Así las cosas, desde primera hora de la mañana un incesante ir y venir de gente llenó el Arenal y el Casco Viejo bilbaino hasta el punto que, en ocasiones, se hacía costoso incluso caminar entre el tumulto.
268 puestos
La feria contó con un total de 286 puestos -11 más que en la edición de 2007-, de los cuales la mayoría (218) se situaron en el Arenal y los 68 restantes, en la Plaza Nueva.
De este modo, los 140 productores intentaron satisfacer los pequeños caprichos de los visitantes con productos como las verduras, el pan, los animales vivos, las flores, la miel... Sin embargo, el talo con chorizo y la sidra volvieron, un año más, a ser las estrellas del día, de tal manera que la gente se agolpaba en los puestos formando largas colas para comprarlos.
Por lo general, los productores se mostraron satisfechos con la manera en la que se desarrolló jornada, aunque muchos de ellos subrayaron que «la gente compra cada vez menos».
Una de las novedades que dejó esta edición de Santo Tomás fue el servicio de guardería habilitado por el Ayuntamiento de Bilbo, que se situó en la Plaza del Arriaga. La guardería estuvo en funcionamiento de 10.00 a 18.00 y estaba preparada para 350 servicios, de dos horas de duración máxima cada uno. Así, muchas parejas se acercaron a dejar a sus hijos e hijas para poder realizar las compras de una manera más cómoda.
La reivindicación, presente
La jornada también estuvo marcada por las diversas protestas. La más notable fue la huelga llevada a cabo por Bilbobus debido a discrepancias con Veolia, la empresa que gestiona el servicio. Sin embargo, sus efectos fueron paliados por el acuerdo con el Gobierno de Lakua para garantizar los servicios mínimos (el 30% de un sábado normal) y el aumento de servicios en el metro y el tranvía.
Por otro lado, también hubo movilizaciones para exigir la libertad de los presos enfermos o la paralización de proyectos como el Tren de Alta Velocidad y la Supersur.