De la misma manera que los niños, ante la inminente llegada de Olentzero, se esfuerzan estos días en hacer méritos, también el Athletic quiere aprovechar la última oportunidad que le ofrece el año para cumplir con las tareas pendientes. Y las consecuencias para unos y otros no difieren demasiado: saco de carbón o un bonito regalo.

En el caso de los rojiblancos, vuelta a los apuros clasificatorios o unas vacaciones inesperadamente tranquilas. No en vano pocas semanas después de desesperarse en puestos de descenso, el Athletic podría despedir el año en el 11º puesto.

Para conseguirlo, deberá confirmar que ha entrado, definitivamente, en racha; algo para lo que deberá acabar con otra. Concretamente, con la que le ha impedido ganar lejos de San Mamés en los últimos siete meses. El equipo rojiblanco es, de hecho, y junto a Osasuna, el único de Primera que todavía no conoce la victoria como visitante. Claro que hoy puede encontrarse con la horma de su zapato, un Betis que apenas le aventaja en dos puntos y que, contrariamente a los bilbainos, lo pasa peor en su estadio. Los de Paco Chaparro apenas han ganado dos partidos en el Ruiz de Lopera, el último de ellos hace ya más de dos meses.

Para mejorar sus estadísticas y empeorar las de su rival, el Athletic deberá cumplir dos condiciones. La primera, tal y como vienen destacando los rojiblancos a lo largo de la semana, abstraerse del ambiente que pueda vivirse en Sevilla. Si ya es habitualmente caliente, es previsible que el recuerdo de lo sucedido la pasada temporada se deje notar, por mucho que desde ambos clubes hayan intentado quitarle hierro.

La segunda, destacaba ayer Caparrós, «mantener la solidez» que le ha permitido mantener su puerta a cero en tres de las cinco últimas jornadas. «Queremos ser un equipo equilibrado», añadió. Más aún ante un rival capaz de sacar «el máximo rendimiento» a sus jugadores. «Es un buen equipo», aseguró el técnico andaluz.

Opinión similar expresa Paco Chaparro sobre un Athletic al que, además, espera «especialmente motivado» por el pasado sevillista de su entrenador. Aunque el técnico bético también personaliza a la hora de destacar virtudes y se queda, cómo no, con Fernando Llorente. «Nuestros centrales van a tener una papeleta difícil», reconoció Chaparro que, precisamente, se verá obligado a introducir un cambio en esa zona. Ante la sanción de Mehmet Aurelio, Arzu adelantará su posición, con lo que Melli actuará de inicio en el eje de la zaga. Rivera, por su parte, sustituirá al también sancionado Emana.

Murillo, titular

También habrá cambios en el once rojiblanco, con un protagonista indiscutible, Ander Murillo. La ausencia de Andoni Iraola -junto a Gorka Iraizoz y Aitor Ocio era el único jugador que había disputado todos los minutos de Liga-, aquejado de una sobrecarga, abre las puertas del equipo al donostiarra, que hasta el momento ni siquiera había entrado en una convocatoria.

Parece evidente, además, que Pablo Orbaiz, una vez cumplida su sanción, regresará al doble pivote, lo que provocará un doble movimiento: el de Fran Yeste a la banda y el de Markel Susaeta al banquillo. El mismo equipo, por tanto -con la excepción de Murillo-, que sumó un punto en Santander, donde ya estuvo a punto de estrenarse como visitante.

Igor Gabilondo y Joseba Garmendia -recuperado de los problemas físicos que le impidieron enfrentarse al Sporting-, regresan también a una convocaria, de la que se caen, además de Iraola, Carlos Gurpegi, Joseba del Olmo y Ander Iturraspe.