La Coordinadora en la que se integra la organización de las kalejiras de nueve barrios de Iruñea anunció ayer que mantendrá reuniones con los grupos políticos del Ayuntamiento para que el gobierno municipal levante la prohibición que pesa sobre las citas de Txantrea, Donibane y Arrosadia. Explicaron que tenían previsto comparecer ayer para animar a la ciudadanía a participar en las kalejiras que se han preparado pero, por contra, debido a la decisión del Ayuntamiento, que conocieron el día anterior, habían tenido que modificar su contenido.

Felipe Bayo, representante de la Coordinadora, recordó «los ataques de los últimos meses a la organización de las fiestas populares de los barrios», y citó las trabas impuestas en San Fermin Txikito o la celebración de Iruñeko Eguna. Declaró que «nos cobran tasas como si fuéramos empresarios». Asimismo, ofreció un repaso de la evolución que ha tenido la postura del Ayuntamiento respecto a los Olentzeros: en el año 2003 impuso una fianza de mil euros a los organizadores, que éstos se negaron a pagar ya que lo consideran injustificado al tratarse de un acto cultural. Dos años más tarde, se les quería obligar a los organizadores de cada barrio a pagar una multa de 70.000 euros y amenazaron con cerrar locales vecinales.

Desde la Coordinadora recurrieron esa imposición ante el Tribunal Administrativo de Nafarroa, y éste les dio la razón. Pero al año siguiente el Ayuntamiento volvió a la carga, esta vez multando a 15 personas, y pedía 24.000 euros. Bayo explicó ayer que «decidieron acudir a las kalejiras y `pillar' a los participantes». La decisión de que fuera uno u otro el multado fue arbitraria, según denunció Bayo. En este caso también el TAN les dio la razón. El año pasado, con el fin de acabar con esa situación, la Coordinadora acudió a los grupos municipales, y el Pleno al completo, excepto UPN, exigió a este partido que retirara las fianzas y no siguiera obstruyendo la organización de Olentzeros. Al principio el gobierno municipal se negó a acatar este emplazamiento, pero el mismo día 24 de diciembre -por tanto ya tarde para los barrios Azpilagaña y Arrosadia que lo habían celebrado el día anterior-, se les dio a conocer el permiso para poder salir a la calle sin la obligación de pagar una fianza. Bayo expuso lo que supone esta incertidumbre: «Es un problema grande para preparar las kalejiras. Hay que traer los animales, los músicos... no podemos estar esperando hasta el último momento».

En lo respecta a la organización de este año, han solicitado los permisos amparándose de lo aprobado por el Pleno. El miércoles pasado representantes de la Coordinadora se reunieron con responsables del Ayuntamiento, y según relató Bayo, éstos seguían defendiendo la imposición de la fianza y señala- ndo las reivindicaciones que desde UPN relacionan con las kalejiras. «Nos quieren meter en política, cuando nosotros estamos por la cultura popular. Les repetimos una y otra vez que nuestra reivindicación es que la ciudadanía pueda organizar sus fiestas», explicó. Añadió que «consideramos que el Ayuntamiento debería contribuir a ello, y se podría trabajar conjuntamente, pero no nos hacen caso, y ayer por la tarde nos comunicaron las prohibiciones. Es un error demasiado grande, y van a tener que rectificar».

Falsas acusaciones

En cuanto a los argumentos esgrimidos por parte del Ayuntamiento para justificar la prohibición de sacar el Olentzero en Txantrea, Arrosadia y Donibane, Bayo expuso algunas observaciones que evidencian su falta de rigor: en el caso de Txantrea, se denuncia que el muñeco del Olentzero, así como sus porteadores, llevaban pegatinas. Bayo mostró la portada de la revista del barrio que muestra el grupo que participó en la kalejira el año pasado: el Olentzero era de carne hueso y no llevaba pegatina; por tanto, los porteadores no existen. «Aseguran que tomaron fotos, pero no sabemos dónde estuvieron», ironizó.

Según explicó, «con lo de las reivindicaciones nos quieren llevar a un terreno que no es el nuestro. Es como responsabilizar al Ayuntamiento de la enseña de ETA que se exhibe todos los años en la plaza durante el chupinazo, ya que es el que organiza ese acto festivo». El informe que les han entregado recoge parecidas acusaciones para los tres barrios: «No se han molestado en analizar caso por caso, y podía haber sido aplicado a cualquiera de los barrios», expuso Bayo.