June Vilarrubia, detenida el martes por la Guardia Civil junto a Julen Etxaniz, Arkaitz Landaberea y Saioa Urbistazu, ha protagonizado un nuevo testimonio de torturas a manos de las fuerzas de seguridad españolas. «Cinco días de infierno» es lo que ha sufrido a manos de sus captores esta joven, que quedó ayer en libertad tras declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno. Este magistrado, sin embargo, decretó el ingreso en prisión de Landaberea y Etxaniz, a quienes acusa de «pertenencia a banda armada». Urbistazu fue puesta en libertad sin cargos el jueves.

Según informó el movimiento pro amnistía en una nota, Vilarrubia ha denunciado que durante el tiempo en que ha permanecido incomunicada le han hecho «la bolsa» en repetidas ocasiones, dejándola sin respiración a consecuencia de esta práctica de tortura. Asimismo, los guardias civiles que le mantuvieron cautiva, en los dos primeros días la desnudaron de cintura para arriba y sufrió tocamientos en los pechos. La joven de Lezo ha explicado también que le han tirado de los pelos y la han balanceado de un lado para otro.

«Vas a derramar sangre»

Vilarrubia ha detallado también que, en un momento dado, los guardias civiles que le interrogaban le preguntaron si estaba con la menstruación, y al responder ella negativamente, le replicaron que «tranquila, ya que vas a derramar sangre».

Según explica en la nota el movimiento pro amnistía, durante estos cinco días en los calabozos del instituto militar la joven ha sufrido también «muchos y largos» interrogatorios, aunque ella no ha declarado en comisaría y negó todas las imputaciones ayer ante el juez.

Al cierre de esta edición no había información del trato que han sufrido Landaberea y Etxaniz, encarcelados por orden de Moreno, pero el movimiento pro amnistía sí pudo saber que el abogado de oficio que les asignaron pidió que les aplicaran el habeas corpus dado el estado en que se hallaban. Este abogado también habría dado cuenta de que Landaberea estaba temblando cuando pudo estar con él. La letrada de los detenidos había solicitado la aplicación del denominado «protocolo de Garzón», pero el juez no atendió a sus demandas.

Según datos aportados esta misma semana, y antes de conocerse el testimonio de los últimos detenidos por la Guardia Civil, desde finales de agosto se habían cuantificado 26 testimonios de torturas, lo que ofrece un balance de un vasco torturado cada cuatro días. Son más de sesenta las denuncias de torturas realizadas en lo que llevamos de año.

El juez, en el auto de prisión, imputa a los dos jóvenes haber elaborado informaciones sobre posibles objetivos de ETA desde 2006, principalmente entre miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, pero también de cargos del PP y del PSE, así como de comisarías de la Ertzaintza, empresas, infraestructuras, juzgados y otros edificios ubicados en Gipuzkoa.

El auto también acusa a Etxaniz y Landaberea de haber mantenido contactos con militantes de ETA.