Washington y Londres presionan a Mugabe para que deje la Presidencia
Washington sigue empeñado en echar del poder al presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe. La subsecretaria de Estado, Jendayi Fraser, afirmó ayer que «su hora pasó hace mucho tiempo» y emplazó a los líderes africanos a unirse contra él. Condicionó el levantamiento de las sanciones a la salida de Mugabe, que en los próximos días podría anunciar la formación del Ejecutivo, con o sin el opositor MDC.
GARA |
Estados Unidos y Gran Bretaña no levantan el pie del acelerador con respecto al presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, al que acusan de todos los males que asolan al país africano, entre ellos un brote de cólera que el mandatario africano afirma tener bajo control.
A la penosa situación económica y social, se suma la crisis política desatada tras las elecciones. Esta semana se podría anunciar la composición del Gobierno, con o sin la participación del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), liderado por Morgan Tsvgangirai. Éste, que cuenta con el visto bueno de Occidente, desmintió que Mugabe le hubiera ofrecido el cargo de primer ministro, tal y como declaró.
Ayer, la subsecretaria de Estado estadounidense, Jendayi Fraser, subrayó que en un principio EEUU respaldó el acuerdo alcanzado en setiembre para formar un gobierno de unidad nacional porque «parecía la única solución para los problemas del país. Pero hoy, tenemos una idea más clara». Asimismo, consideró que tal acuerdo será absolutamente imposible si Mugabe continúa en el poder.
«Creemos que ha renegado del principio por el que se comparte el poder», manifestó. Fraser reiteró las declaraciones realizadas a principios de mes por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, para quien «hace tiempo que pasó» la hora del presidente zimbabuo.
Rechazó además el levantamiento de las sanciones contra Zimbabawe mientras éste siga en el poder. «Estábamos preparados para usar la influencia de Estados Unidos para negociar con el Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional la condonación de la deuda externa de Zimbabwe, pero ya no estamos dispuestos a hacerlo porque hemos perdido la confianza y Mugabe el contacto con la realidad», declaró. Fraser instó a los líderes africanos a unirse contra Mugabe y a exigirle que abandone el Gobierno.
El viernes, el primer ministro británico, Gordon Brown, pidió a los gobernantes de los países del sur de África que «dejen claro el apoyo a los demócratas, no a los que se aferran al poder».
Brown acusó Mugabe de «aferrarse al poder porque la democracia no los apoya» y culpó a «los fallos del régimen» de las dificultades del país.
Frente a las exigencias estadounidenses y británicas, Sudáfrica insiste en que la única salida es un gobierno de unidad nacional. En setiembre, bajo mediación sudafricana, Mugabe y Tsvgangirai alcazaron un acuerdo para compartir el poder, según el cual Tsvgangirai ocuparía el cargo de primer ministro y Mugabe seguiría siendo presidente y jefe de las Fuerzas Armadas. Pero, ninguna de las partes ha llegado a un consenso para repartir los ministerios.
La Comunidad para el Desarrollo del África Austral anunció que desbloqueará la ayuda humanitaria para paliar la grave situación alimentaria en Zimbabwe y el avance de la epidemia de cólera.
Por contra, el Gobierno australiano anunció la pasada semana que reforzará sus sanciones contra Mugabe y su entorno de personas y empresas. Consideró que «la mejor salida» para el país africano es la dimisión de su presidente.
Al término de la conferencia anual de la gubernamental Unión Africana Nacional de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF), Robert Mugabe dejó claro que no seguirá a los líderes de Gran Bretaña y Estados Unidos a sus «tumbas políticas», en alusión a Gordon Brown y George W. Bush. «¿Es un ritual que Bush debe ser acompañado en su muerte política por algún africano de Zimbabwe y que ese africano debe ser el propio líder del país?», preguntó con ironía ante la risa de los miles de delegados que acudieron a la conferencia celebrada en la ciudad minera de Bindura, al norte de la capital Harare.
«Creo que Brown también está cerca de su tumba política y espero que ambos se vayan juntos, pero los zimbabuos no permitirán que uno de sus propios hijos los acompañe», incidió.
En cuanto al opositor MDC, remarcó que Gran Bretaña «ha creado un monstruo político. Tsvgangirai ya no tiene control ni de sí mismo. Esto es lo que sucede cuando uno se convierte en un títere».
Durante su discurso, que duró más de dos horas, aseguró que «Zimbabwe nunca se vendrá abajo». «¿Qué países africanos tendrán el coraje de ordenar una intervención militar?. El único con el poder de destituir a Robert Gabriel Mugabe es el pueblo», incidió.
«La crisis en este país ha sido exagerada por Londres que quiere apoderarse nuevamente de nuestros recursos», denunció. Zimbabwe logró la independencia en 1980. Hasta ese año estuvo bajo dominio británico.
«Ésta es una guerra, camaradas y amigos, por nuestros recursos, pero nunca venderé a mi país, nunca entregaré a Zimbabwe. Zimbabwe es mío», concluyó.