Biden alerta del peligro de quiebra total de la economía de EEUU
El vicepresidente electo de EEUU, Joseph Biden, anunció la preparación de un segundo paquete de medidas para estimular la economía, que podría alcanzar los 700.000 millones de dólares, ante el riesgo de que la economía del país quiebre completamente. El presidente electo, Barack Obama, ha aumentado a tres millones de puestos de trabajo su objetivo para frenar la pérdida de empleo que causará la recesión.GARA |
El vicepresidente electo de Estados Unidos, Joseph Biden, declaró ayer que la economía estadounidense corre el peligro «de quebrar completamente» y que podría necesitar un segundo paquete de estímulos del orden de los 600.000 a 700.000 millones de dólares dado que la crisis es mucho peor de lo que nadie pensaba. En su primera entrevista concedida tras su nominación a la Vicepresidencia, Biden indicó que algunos miembros del Congreso, demócratas y republicanos, ya han sido tanteados sobre «un poderoso y atrevido» segundo paquete de estímulos, respecto al que parece haber cierto consenso.
«Todos aquellos con los que he hablado coinciden con los principales economistas», indicó. «Va a tener lugar una inversión significativa, de 600.000 o 700.000 millones de dólares, quizás más», aseguró el futuro vicepresidente de EEUU. «El meollo de este asunto es que estamos hablando de una cifra en la que nadie había pensado antes», indicó.
De esta forma, la economía se convertirá en la principal prioridad de la administración Obama. «Será lo más importante que abordaremos en la nueva administración: para ser capaces de tener peso en el resto de ámbitos -desde la política exterior a la nacional- hay que ser capaces de cortar esta hemorragia, y detener la pérdida de empleos», aseguró en declaraciones previas a la entrevista en la cadena ABC.
Por su parte, el presidente electo de EEUU, Barack Obama, ha aumentado a tres millones sus objetivos para la creación o mantenimiento del empleo. Obama, que tomará posesión de su cargo el 20 de enero, se había fijado inicialmente la meta de crear 2,5 millones de puestos de trabajo, según anunció el mes pasado. Sin embargo en una sesión informativa el pasado martes acerca de la situación de la economía estadounidense, concluyó que la recesión actual va a ser peor de lo que se creía.
A lo largo de 2009 se perderán cerca de cuatro millones de empleos en EEUU, según esas predicciones, y el índice de paro puede rondar el 9% de la población activa, frente al 6,7% actual. Según las fuentes, Obama instó entonces a sus asesores a pensar con osadía posibles soluciones.
El segundo plan de 700.000 millones de dólares que negocia con congresistas prevé fomentar el empleo mediante la inversión en infraestructuras, nuevas tecnologías y energías alternativas y contaría con una serie de mecanismos para garantizar que sus fondos se usan de manera efectiva y transparente, según las fuentes.
Obama anunció la creación de un grupo de trabajo, encabezado por Biden, que tendrá como objetivo proponer medidas para fortalecer a la clase media.
El FMI pide más planes
Por otro lado, Dominique Strauss-Kahn, director general del FMI, opinó que deben ponerse en marcha planes de reactivación económica más ambiciosos, porque las previsiones para los próximos meses son todavía más sombrías. «Anticipamos un muy mal año 2009, con una recesión para la mayor parte de las economías desarrolladas y una bajada del crecimiento para las emergentes« declaró a la BBC. El FMI es favorable a gastar el equivalente al 2% del PIB mundial, unos 1,24 billones de dólares en esos planes.
El fin de semana anterior a Navidad suele ser alegre en Detroit, feudo de los tres grandes fabricantes de automóviles de EEUU, pero la suerte del automóvil pendiente de un hilo, ha enfriado las celebraciones. «Nadie puede pensar en Navidades en mi fábrica hasta que tengamos el dinero», dice Jeff, un trabajador, en referencia a la ayuda urgente de 17.400 millones de dólares concedida por el Estado federal a General Motors (GM) y Chrysler, amenazados de quiebra. El tercer gigante de Detroit, Ford, reclamaba sólo una línea de crédito de precaución.
«Tenía que haber venido la semana pasada. La gente quería ir al Sur y volver a empezar la guerra civil», aseguró un trabajador en un bar cerca de un complejo de GM en Pontiac, Michigan. Hacía referencia a los fabricantes extranjeros que instalaron sus fábricas en los Estados del sur donde no hay presencia sindical. «Pero ahora, quieren reducir nuestros salarios», protesta. Jeff, que trabaja en una fábrica de GM en Flint, afirma que los obreros de GM están cansados de oír que ganan 73 dólares a la hora. «No se gana nada de eso», asegura. «Si observa los defectos por vehículos, o las horas necesarias para armar un coche, somos tan buenos como la competencia», añade. «Pero ahora, tienen esa estadística sobre el coste laboral por vehículo. Ni siquiera deberían incluir las jubilaciones porque es algo completamente diferente y autofinanciado» critica.
«Soy alguien optimista. Intento ser positivo», afirma Michael Thomas, 35 años, que, como su padre y su madre, trabaja para GM en Orion. «En la fábrica hay muchos rumores. Se oye una cosa y luego otra» afirma este obrero que trabaja en un lugar que no abrirá de nuevo hasta principios de febrero y se prepara para suprimir 1.100 empleos.