Olaso
Impunes
El movimiento pro amnistía, en la primera década del siglo XXI, se ve impelido a convocar una manifestación contra la tortura. No hay agente social que desconozca la realidad del tormento. Lo certifican, incluso, los expertos internacionales venidos de muy lejos. La vergüenza se explica por el silencio cómplice de unos y las medias palabras -sin hechos- de otros. ¿Hasta cuando la incomunicación que posibilita la impunidad a los torturadores?