Las organizaciones de la resistencia palestina en Gaza han decidido que no tiene sentido seguir con una tregua que les condena al bloqueo total y a periódicas y criminales razzias del Ejército israelí.

En respuesta a la exigencia palestina de un acuerdo bilateral con compromisos mutuos, Tel Aviv responde cerrando y abriendo a conveniencia el grifo de la frontera y alternando periódos de calma con ofensivas fulgurantes que siguen cobrándose como tributo la barata sangre palestina. La parte palestina responde lanzando cohetes artesanales que no causan bajas en la parte israelí, lo que no es óbice para que la clase política de Tel Aviv ponga el grito en el cielo. Desde la derecha hasta la izquierda de Meretz, todos están de acuerdo en usar la fuerza militar para detener estos lanzamientos. «Israel debe defender a sus ciudadanos».

Lejos de ver reconocida esa categoría, los palestinos se niegan a rendirse en esta guerra completamente asimétrica.

Ayer mismo, diez obuses de mortero y tres cohetes cayeron en suelo del Estado israelí sin causar víctimas.

Paradojas, dos niñas palestinas morían al impactar un proyectil en su vivienda. Fuentes médicas y testigos afirmaron que un cohete palestino se desvió e impactó en su casa, en Beit Lahia, en el norte de la Franja.

El Ejército israelí aseguró que no había abierto fuego en ese sector. Por su parte, Hamas prometió abrir una investigación.

La agencia palestina Maan, alineada con la Autoridad Palestina de Cisjordania (enemiga de Hamas), asegura que una decena de palestinos han resultado muertos o heridos en la última semana por fallos en los lanzamientos de cohetes.

Cuestiones tácticas

Mientras Israel permitía la llegada a Gaza de un convoy egipcio con ayuda humanitaria -algunos interpretaban este permiso como un gesto para intentar reforzar la mediación de El Cairo mientras otros hablaban de presiones occidentales-, el Gobierno israelí ultima, antes de la reunión del Gabinete del domingo, los detalles de su anunciada ofensiva.

Los medios israelís descartan una ofensiva a gran escala y apuntan a ataques puntuales pero devastadores de la aviación combinados con fuego artillero e incursiones de blindados. Nada nuevo en Palestina.

El mal tiempo reinante en la zona podría retardar la orden de atacar, ya que dificultaría el sobrevuelo de los aviones y las tareas de vigilancia de la zona.