La situación política en Bélgica se encontraba de nuevo anoche en un callejón sin salida después de que, según los medios de comunicación belgas, el candidato de los principales partidos políticos para su designación como primer ministro, el presidente de la Cámara de Diputados, Herman Van Rom- puy, rechazara el puesto.

Las ediciones matutinas de los diarios belgas le daban como favorito para suceder a Yves Leterme, obligado a dimitir el 19 de diciembre después de haber sido acusado de presiones a la Justicia para que valide su plan de rescate del banco Fortis.

Después de las consultas realizadas por Wilfried Martens, encargado por el rey Alberto II para buscar el sucesor de Leterme, todo indicaba que la mayoría saliente «debería prorrogarse bajo la tutela de Herman Van Rompuy...», publicó el diario francófono «La Libre Belgique» en su edición de ayer. Pero al final del día, el anuncio esperado no tuvo lugar.

Por la tarde, el monarca recibió a Martens de nuevo, pero éste no presentará su informe final hasta dentro de unos días, explicó un comunicado de palacio, sin otra precisión.

Según la televisión RTBF, Herman Van Rompuy, que ha hecho saber varias veces estos últimos días que no deseaba el puesto, «no cede» a las llamadas de su partido, el cristiano-demócrata flamenco CDV.

«Se cita otra vez mi nombre como nuevo primer ministro, pero me siento todo menos indispensable», declaró en la edición de sábado del diario flamenco «Standaard».

A pesar de todo, la situación se mantiene sin cambios desde el viernes por la noche, cuando se acordó una prórroga del saliente Gobierno de coalición (cristianos demócratas flamencos y francófonos, liberales flamencos y francófonos, y socialistas francófonos), cuya composición sigue siendo la misma, salvo en los casos del primer ministro y del ministro de Justicia, Jo Vandeurzen, que también dimitió el 19 de diciembre.