Bombardeo israelí sobre Gaza
Matanza en Gaza en el mayor ataque aéreo israelí de los últimos 40 años
En el ataque más mortífero en al menos cuarenta años, las fuerzas de ocupación israelíes lanzaron ayer docenas de misiles contra la superpoblada franja de Gaza, causando cientos de muertos -más de doscientos confirmados anoche, y estimaciones que hablaban de ochocientos-. El ataque fue tan brutal que inmediatamente se organizaron protestas ante legaciones diplomáticas egipcias en diversos países, tras acusar Hamas a El Cairo de haber dado luz verde a la masacre.
GARA | GAZA
Al menos 200 personas murieron y 750 resultaron heridas por un ataque aéreo masivo contra la franja de Gaza que supone la más sangrienta operación militar de Israel contra los palestinos en cuarenta años y que sacudió de forma inmediata a todas las sociedades árabes y musulmanas.
«No hay registrada una jornada mas mortífera desde la guerra de 1967. Israel no había matado desde entonces tanta gente en un solo día», según Moawiya Hasanie, jefe de los servicios sanitarios de Gaza.
Medio centenar de aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea israelí participaron en el ataque aéreo, que se produjo poco antes del mediodía, duró apenas dos minutos y destruyó una treintena de edificios. Por la tarde se produjeron nuevas agresiones de la fuerza ocupante.
Además de en la ciudad de Gaza, la operación militar israelí incluyó blancos en otras ciudades de la franja como Jan Junis y Rafah, y entre las personas a las que costó la vida figuran altos cargos de Hamas.
Según informaciones que ayer las agencias daban por buenas, en el ataque habrían muerto el responsable de la Policía de Gaza, Taufiq Jaber; el jefe de la Seguridad de Hamas, Ismail El Yabary; y el gobernador de la circunscripción de Gaza Central, Abu Ashoun.
«Fue como un terremoto, en instantes los edificios se vinieron abajo y los coches prendieron en llamas», relató un testigo presencial, el comerciante Ahmed Ghannam.
Bombardeo anunciado
La mayoría de los inmuebles alcanzados son propiedad de Hamas o sedes de las fuerzas de seguridad creadas por el movi- miento islamista tras su aplastante victoria electoral, muchos de ellos situados en zonas residenciales.
El bombardeo se produjo dos días después de que el Gobierno israelí anunciara la decisión de emprender una operación militar a gran escala en Gaza si los grupos armados de la resistencia palestina proseguían con el lanzamiento de cohetes contra el territorio de Israel.
Según afirmaba hasta ayer la prensa israelí, bebiendo de fuentes oficiales, la ejecución de esa intervención militar se iba a llevar a cabo a partir de hoy, tras la reunión del Gabinete, «para dar tiempo a que las autoridades egipcias realicen un último intento de mediación entre Israel y Hamas». Pero la agresión fue adelantada y los palestinos no se habían protegido.
La mediación egipcia tenía el objetivo declarado de renovar la tregua que ambas partes suscribieron el pasado mes de junio y que concluyó oficialmente el día 19 de diciembre aunque, en la práctica, la fuerza ocupante la había violado gravemente mucho antes.
Tras el brutal bombardeo, portavoces de Hamas anunciaron que el movimiento islamista proseguirá la resistencia «hasta la última gota de sangre». Poco después, los grupos armados de Gaza lanzaron una veintena de cohetes sobre las poblaciones israelíes aledañas a la franja. Una mujer de la localidad de Netivot murió por el impacto de uno de los proyectiles, que, según los servicios de asistencia israelíes, causó heridas a otras cuatro personas.
Tel Aviv quiere más
La parte agresora ofrecía ayer un doble discurso: muy duro ante su pueblo, y mucho más moderado ante El Cairo.
El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, no descartaba que los ataques del Ejército israelí en Gaza «prosigan y se amplíen si fuera necesario» en los próximos días. «Hay un momento para treguas y un momento para el combate. Ahora es el momento del combate», dijo. Barak ordenó que las poblaciones israelíes aledañas a Gaza permanezcan en «estado de alerta», y adelantó que los próximos días «serán difíciles».
Por su parte, la titular de Exteriores, Tzipi Livni, convocó por la tarde una rueda de prensa en Tel Aviv en la que subrayó que a su país «no le queda otro remedio» que recurrir a la fuerza para «desmantelar la infraestructura de Hamas».
La masacre de Gaza causó la ira en todo el mundo musulmán. También en Cisjordania, donde el presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas Abu Mazen, condenó desde Ramallah el ataque y solicitó el fin de la operación militar israelí.
Poco antes se informaba de que entre los cientos de víctimas podría haber un buen número de miembros de al-Fatah, la formación del aún presidente palestino. En la turbulenta jornada, poco antes de anochecer en Palestina, Europa Press informaba de que «nuevos ataques israelíes sobre Gaza han vuelto a alcanzar diversos puntos de la franja, entre ellos la cárcel de Sudaniya, donde se encontraban encarcelados en torno a un centenar de presos de al-Fatah, según indicaron fuentes del grupo palestino».
Además, fuentes de la formación que fundó Yaser Arafat indicaron a dicha agencia que «Hamas está ocultando la identidad de algunos de sus fallecidos para no causar el pánico entre la población».
A última hora de la tarde la condena palestina ya se había extendido a la calle en ciudades cisjordanas como Belén, cuyas autoridades municipales ordenaron la suspensión de las festividades populares organizadas con motivo de la Navidad, mientras que en Jerusalén Este grupos de jóvenes palestinos lanzaron piedras contra las fuerzas ocupantes.
«Gaza nunca se rendirá»
Los dos gobiernos palestinos, el de Hamas en Gaza y el de al-Fatah en Ramala, decretaron tres días de luto oficial en los Territorios Palestinos Ocupados en recuerdo de los cientos de víctimas de los bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza.
El primer ministro del Gobierno de Gaza, Ismail Haniyeh (Hamas), afirmó anoche en un comunicado publicado en internet que el pueblo palestino nunca se rendirá ante Israel, sea cual sea la fuerza que se utilice contra Gaza. «No abandonaremos nuestra tierra. No alzaremos banderas blancas y no nos arrodillaremos excepto ante Dios», afirmó Haniyeh en una carta abierta a los palestinos.
«Hay sangre por todas partes. Hay heridos y mártires en cada casa y en cada calle. Gaza hoy ha sido decorada con sangre. Puede haber más mártires y puede haber más heridos, pero Gaza nunca se romperá y nunca se rendirá», dijo el único primer ministro palestino elegido por los votantes en las urnas, sobre cuya integridad hubo muchas dudas a lo largo de la jornada en los mentideros políticos.
También los palestinos refugiados en los países árabes expresaron su indignación, muchos de ellos manifestándose ante legaciones egipcias, como ocurrió en la capital libanesa.
Las autoridades egipcias tuvieron que convocar al embajador de Israel en el país africano para manifestar su protesta por el bombardeo. Un responsable del Ministerio de Exteriores egipcio comunicó al embajador de Israel en El Cairo, Shalom Cohen, la condena del Gobierno por los ataques israelíes, pero el embajador responsabilizó a Hamas y afirmó que «Israel no busca una escalada», según informó la agencia de noticias MENA. Cohen no hizo declaraciones tan agresivas como sus superiores, dado que para Tel Aviv es vital seguir contando con los servicios del fiel presidente Hosni Mubarak.
En cualquier caso, la Presidencia egipcia condenó oficialmente el bombardeo israelí contra la franja de Gaza y responsabilizó directamente a Israel por las muertes y heridas sufridas por los gazatíes. «Egipto condena los ataques militares israelíes -agregó la agencia en su teletipo-. Egipto continuará con sus contactos para propiciar una atmósfera favorable al restablecimiento del periodo de calma y para lograr la reconciliación entre las facciones palestinas».
Asimismo, Egipto advierte a Israel en su comunicado de las graves consecuencias que tendrá el ataque sobre Gaza y emplaza a los grupos palestinos a ampliar la tregua que concluyó oficialmente hace una semana.
Fawzi Baroum, portavoz de Hamas, había dicho horas antes que las operaciones israelíes fueron «un complot orquestado» con Egipto en la reunión que mantuvieron el presidente Hosni Mubarak y la canciller israelí, Tzipi Livni. En Líbano, aproximadamente 4.000 manifestantes marcharon por el campamento de refugiados Ein el-Hilweh, en la parte sur del país, condenando los ataques en general, y a Egipto en particular.
«¡Hosni Mubarak, agente de los estadounidenses, traidor!», corearon en alusión al presidente de Egipto. También exhortaron al grupo de milicianos de Hizbulah a que ataquen a Israel.
El periódico «Haaretz» publicaba esta semana los resultados de una encuesta que había encargado, que revelaban que el 46% de los israelíes no apoyaba una invasión masiva en Gaza, con el 40% manifestándose a favor de tal operación.
El partido israelí de izquierda Meretz afirmaba estos días públicamente que «ha llegado el tiempo de actuar sin concesiones ni consideraciones». Llamaba a «golpear a Hamas de una manera selectiva y trabajar para un nuevo alto el fuego».
El periódico «al-Quds al-Arabi», con sede en Londres, informó el 24 de diciembre que el Gobierno egipcio rechazaba un requerimiento israelí para que usara su influencia para tratar de persuadir a Hamas de que renovara su tregua con Israel.
Al hospital Shifa de Gaza llegaban cuerpos despedazados y heridos en medio de una total confusión, mientras centenares de familiares acudían a identificar a un muerto o a buscar un pariente desaparecido. Los cuerpos se amontonaban sobre el suelo del servicio de urgencias y en los pasillos. Los heridos gritaban. Los médicos y enfermeros no daban abasto y corrían en todas las direcciones. La morgue quedó saturada en muy poco tiempo, con lo que cuerpos sin identificar se apilaban sobre el suelo. Incluso el ministro de Salud, Bassem Naim, deploraba la falta de medios.
«Mi hermano aún estaba con vida cuando le trajeron al hospital, incluso me hablaba. Pero nadie pudo ocuparse de él. Ha muerto», afirmaba entre lágrimas Ahmad Al Gharabi junto al cadáver de su hermano Baha, miembro de los servicios de seguridad de Gaza. En algunos casos, una misma camilla transportaba más de un cuerpo. Miembros despedazados caían al suelo en medio de la confusión. Muchas víctimas llevaban uniforme.
El cuerpo herido de otro policía, Mohamed Abu Chaabane, llega en la misma camilla que una niña de unos doce años con una herida mortal en su vientre. «Nadie parece conocerla», indica el hermano del agente malherido.
Imágenes de la televisión local mostraban cadáveres en algunos caminos. Se podía ver cómo los heridos y muertos eran trasladados desde los edificios destruidos. Los pobladores lanzaban gritos airados y corrían por las calles, donde se podían ver también coches calcinados. Columnas de humo surgían de varias partes de la ciudad de Gaza.
Egipto abrió ayer el paso de Rafah, en la frontera con Gaza, para permitir la entrada de ayuda humanitaria y la evacuación de heridos del bombardeo masivo.
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dijo ayer que su Gobierno «condena los repetidos ataques con misiles y morteros contra Israel» y sostuvo que Hamas es «responsable por la ruptura del alto el fuego» en Gaza.
REAcciones a la masacre
«El lanzamiento de cohetes por Hamas debe terminar para que pare la violencia»
GORDON JOHNDROE
Portavoz de la Casa Blanca
«Hacemos un llamamiento a un alto el fuego y pedimos la máxima moderación»
JAVIER SOLANA
Alto representante de la UE
«Pedimos a los palestinos que dejen de lado sus disputas y permanezcan unidos»
MOHAMAD SUBEIH
Liga Árabe
«Reconozco las preocupaciones de Israel y condeno el uso excesivo de la fuerza»
BAN KI-MOON
Secretario General de la ONU
«Condenamos rotundamente el acto de terrorismo y la guerra de exterminio»
BUZAIAN SHAABAN
Asesor de la Presidencia siria
La comunidad árabe-israelí (1,2 millones de palestinos con carnet israelí), que habitualmente suele permanecer pasiva en este enquistado conflicto, salió, sin embargo, ayer a la calle respondiendo a la llamada del Alto Comité de coordinación de las localidades árabes de Israel, participando por cientos en protestas en núcleos como Oum el-Fahem, Nazareth, Sahnine y Tamra, protagonizando en algunos lugares enfrentamientos con la Policía.
Fue, sin duda, una de las movilizaciones destacadas el sábado en respuesta al cruento ataque israelí en Gaza y que dan fe del grado de repulsa generado, principalmente, entre los directamente atacados y la región. Prueba de ello es que si Tel Aviv pretendía con esta operación a gran escala, que los propios palestinos arrinconasen al Gobierno de Hamas, lo cierto es que fue clarificadora la manifestación conjunta en Cisjornadia de líderes políticos de esta organización y de su rival al-Fatah, que se encaminaron hacia un hospital para donar asangre destinada a las víctimas de los bombardeos.
Unas muestras de solidaridad que se multiplicaron en las horas posteriores al ataque. En el campamento de refugiados de Shuafat cientos de manifestantes lanzaron piedras contra los agentes de la seguridad, mientras que en el poblado beduino de Rahat, en la región del Neguev, unos 400 vecinos se manifestaron contra el bombardeo y los muecines de las mezquitas rezaban por los fallecidos.
En Hebrón, jóvenes palestinos se enfrentaron a pedradas contra las armas del Ejército hebreo, curiosamente parapetados ambos tras moles de piedra en las que se podía leer «Free Palestine». El rechazo se materializó igualmente en lugares como Ramallah o Nazareth. En Belen, centenares de palestinos se manifestaron delante de un puesto de control militar israelí, a cuyos soldados se enfrentaron.
En la capital jornada, Amann, cientos de manifestantes salieron a la calle para repudiar los ataques. En las protestas se corearon lemas contra el papel mediador de Egipto en el conflicto y también contra el presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas. En el campo de refugiados libanés de Ein el-Hilweh se manifestaron hasta cuatro mil personas, condenando también al presidente egipcio Hosni Mubarak, al que llamaron «agente de los norteamericanos» y «traidor». En Beirut, simpatizantes de al-Fatah se sumaron a las denuncias, los mismo que partidarios de Hizbulah y Hamas.
Imágenes en las calles que se repitieron en la ciudad siria de Damasco, donde simpatizantes de Hamas encabezaron las denuncias. Fueron las mismas que llegaron hasta países como Pakistán, donde militantes del partido Islami Jamiat-e-Tulba protestaron en Karachi. En la ciudad marroquí de Rabat, cerca de 3.000 personas se congregaron llamadas por grupos de la oposición, para llamar a EEUU «enemigo de los pueblos». Esas mismas respuestas se trasladaron a puntos más lejanos, como París, donde un millar de manifestantes salieron a la calle.
Por lo que se refiere a las reacciones oficiales, la Liga Árabe convocó una reunión de urgencia de sus ministros de Exteriores para mañana. Siria lo calificó de «acto terrorista» y de «guerra de exterminio». El primer ministro libanés, Fuad Siniora, destacó que Israel sumó «otra masacre a la lista de matanzas». También los Emiratos Árabes Unidos condenaron, como Yemen e Irán.
10 octubre 2005
«Tratamiento de Raíz». Israel entra en el campo de refugiados de Rafah, el más mísero de Gaza, para destruir supuestos túneles desde Egipto. En menos de 48 horas los tanques destruyen más de 150 casas palestinas y dejan a la intemperie a cientos de familias.
29 junio 2006
«Defensa en primera línea». Fuerzas blindadas israelíes invaden Beit Hanun. La operación duró un mes y causó la muerte de 17 palestinos, entre ellos seis niños.
29 setiembre 2006
«Días de penitencia». Lanzada por Israel. Durante la misma perdieron la vida 107 palestinos y resultaron heridos 430.
9 junio 2008
Una ofensiva militar israelí en la costa de Gaza por tierra, mar y aire causa la muerte de 15 palestinos, en su mayoría niños, y más de 40 heridos.
26 julio 2008
«Columnas de Sansón». Operación israelí destinada a desmantelar depósitos de cohetes, que causa al menos 22 muertos.
17 octubre 2008
Israel emprende la operación de mayor envergadura en Gaza desde que en agosto de 2005 evacuara este territorio. Dejó nueve muertos.
1 noviembre 2008
«Nubes de otoño». Operación que en una semana causa más de 60 muertos palestinos. Horas después de que el Ejército israelí anunciara el fin de la operación, al menos 18 palestinos mueren en un bombardeo a la localidad de Beit Hanun.