El kilo de libros a cinco euros, la idea de un gasteiztarra para financiar su primer corto
Cinco euros por kilo de libros. Ésa la curiosa idea de un joven gasteiztarra para financiar el cortometraje que quiere rodar. En un año ya lleva vendida tonelada y media. Desde luego, su making off promete.
Joseba VIVANCO |
Corín Tellado, Neruda, Saramago, autores conocidos y también desconocidos, por cientos, pudieran ser parte de los títulos de crédito del corto que proyecta en su mente un joven gasteiztarra, Nikolas Ocio. «A este paso van a durar más que el propio corto», sonríe tan «privilegiado» aspirante a cineasta. Y es que lo mismo que se dice del hambre, la falta de dinero hace agudizar el ingenio y, como seguramente buen guionista, a él no le falta. Vender libros al peso. Ésa ha sido una de sus ideas, que no es novedosa en sí, pero que, por el momento, le está sirviendo para que algún día vea la luz el título que aún le falta: ``Barkatu''.
Recientemente, el hall de la Facultad de Letras en el campus de Gasteiz se convirtió por una mañana en una particular «feria del libro», aunque en este caso no había novedades, sino libros, cientos de libros ya usados y leídos. «Ha sido increíble», reconoce Ocio. «En unas cuantas horas se han vendido unos 700 libros», o lo que es lo mismo, unos 150 kilos.
Su idea de «promocionar» el hábito de la lectura a cinco euros el kilo de libros parece haber sido todo un éxito, al menos entre los estudiantes. Ya lo fue hace un año, cuando hizo algo parecido, y esta vez ha vuelto a colocar un feliz the end a su iniciativa. «La verdad es que la gente, sobre todo, de Filología y Letras me los ha llevado de las manos. Había unas mesas de unos seis metros de longitud repletas de libros y detrás varias cajas más. Se tiraban a por todo», agradece el interés.
Cumplido el objetivo, ahora Nikolas Ocio deberá volver a hace acopio de nuevos libros, y para ello vuelve a hacer un llamamiento a toda esa gente que se quiere desprender de ellos por las razones que sea. «Estando en el mercadillo me llamó una señora de Galdakao, que tenía una caja llena para darme. Pero claro, cuando pueda acercame por allí», explica. Y es que cuando surgió la idea, primero «limpió» sus propias estanterías, luego las de los amigos y conocidos, y ahora ya necesita de la colaboración de la gente. «Cuando logro reunir unos 2.000 libros, monto otro mercadillo», apunta. «Lo último es tirar los libros, así que lo que hago es reutilizarlos y el dinero que se saca se reinvierte en cultura», aclara, al tiempo que invita a contactar con él a todo el que quiera desprenderse de su biblioteca casera; su teléfono, el 615741114.
Un corto demasiado largo
¿Y cómo va el corto? Ocio resopla. «Pensaba que esto iba a ser más rápido», reconoce. «Para una cosa de diez minutos, el tiempo y dinero que lleva...», añade. Quién sabe, a lo mejor se ha equivocado de guión y lo ideal hubiera sido rodar los avatares sobre cómo lograr la financiación. «Es cierto, seguro que sacamos el `cómo se hizo'», responde con humor.
De momento, calcula que ha vendido en un año tonelada y media. Y necesita 30.000 euros, lo que traducido al peso, son unas seis toneladas de libros.
Por cada cinco kilos vienen a entrar entre cuatro y seis libros, aunque, como apunta el autor de este mercadillo, hay algunos, como los de Harry Potter, que se bastan por sí solos para llegar a ese peso.
Admite libros de todo tipo, a excepción de los de texto y los que pertenecen a enciclopedias, estos últimos sobre todo porque internet los ha dejado obsoletos y, también, porque pesan mucho.