Europa central se queda sin gas en plena disputa entre Rusia y Ucrania
Buena parte de los países de Europa central y oriental se han visto obligados a echar mano de sus reservas -el que las tiene- para hacer frente a la penuria de gas derivada del diferendo entre Rusia y Ucrania. Kiev acusa a Moscú de haber reducido a un tercio sus suministros vía Ucrania. El Kremlin acusa al Gobierno de Ucrania de haber cerrado tres gasoductos para la exportación que transitan por su suelo.
GARA |
Europa central fue alcanzada ayer de lleno por la disputa entre Rusia y Ucrania por el precio del gas. Los países más directamente afectados son Austria, que dispone de una de las tres más importantes plataformas gaseras de la Europa continental, Bulgaria, Hungría, República Checa, Rumanía, Croacia y Macedonia, así como Grecia y Turquía. Alemania y Polonia sufrían también carencias, aunque menores, en el suministro.
La Unión Europea, que ha intentado hasta la fecha y por todos los medios desdramatizar la crisis, consideró ayer la situación «totalmente inaceptable» y la presidencia de turno checa, por boca de su primer ministro, Mirek Topolanek, llegó a proponer una cumbre tripartita entre Rusia, Ucrania y la UE si la crisis no es resuelta.
El Gobierno de Kiev aseguró que el suministro de gas ruso a través de Ucrania habría sido drásticamente reducido hasta un 10% de los volúmenes previstos. Valentin Zemlianski, portavoz de la firma ucraniana Naftogaz, aseguró que «los suministros siguen bajando y han caido hasta 73,8 millones de metros cúbicos diarios cuando horas antes alcanzaban los 92 millones y el lunes pasado llegaban a los 315 millones».
Por su parte, el vicepresidente del gigante gasero ruso Gazprom, Alexandre Medvedev, acusó a Ucrania de haber cerrado tres de los cuatro gasoductos para la exportación que atraviesan su territorio, perturbando así gravemente el aprovisionamiento de gas, extremo que fue desmentido por Kiev.
Algunos países aseguran que su aprovisionamiento ha sido reducido a nada. Sería el caso de Grecia, Turquía y Macedonia, que reciben su suministro de Bulgaria, privada de gas desde la noche del lunes.
Croacia constató asimismo la parada en el suministro de gas, mientras Austria registraba una bajada del 90%.
Entrada la tarde, Alemania, según el importador local Wingass, registraba ya su primera bajada en el aprovisionamiento.
26 grados bajo cero
Estos cortes llegan en plena llegada del frío invernal a Europa, con temperaturas extremas como los 26 grados bajo cero que sufre Leipzig, en el este de Alemania. Los efectos de la crisis no se hacían sentir en el Estado francés, según el PDG de GDF Suez. El Estado español no recibe suministro alguno de gas ruso y cubre sus necesidades importándolo de la vecina África.
Rusia cortó el 1 de enero el suministro de gas a Ucrania tras sus impagos debidos al incremento del precio.
El problema, más allá, es que Rusia suministra el 40% del gas que consume Europa central y occidental y el 80% de ese suministro llega vía Ucrania.
Rusia acusa ahora a Ucrania de sustraer parte del gas con destino a otros países y decidió el lunes reducir su suministro para cobrarse la diferencia. Kiev insiste en acusar a Moscú de no suministrar gas a los clientes europeos, denuncia que la UE está haciendo suya.
Expertos como Carlos Taibo ponen en duda esta tesis. En un artículo publicado en ´Rebelión`, el profesor de Ciencia Política de Madrid da crédito a las denuncias de que Ucrania se estaría quedando con parte del gas y recuerda que Rusia «no tiene interés alguno en poner trabas a un negocio saneado -el que mantiene con la UE-, vital para mantener sus cuentas en momentos de crisis general».
Recuerda, finalmente, que el origen de la crisis está en la decisión soberana de Rusia de dejar de suministrar gas con precio político a una Ucrania alejada de su órbita en 2004.
Diez personas han muerto de frío desde el pasado viernes en Polonia, que registra temperaturas de hasta menos 25 grados. Desde el 1 de noviembre se han contabilizado 69 muertes, la mayor parte sin techo.
Ucrania se beneficiaba hasta ahora de un precio político por el gas ruso. Moscú exige la adecuación al precio de mercado y que Kiev satisfaga su deuda.
El suministro de gas quedó totalmente paralizado ayer en Bosnia-Herzegovina, que alertó del riesgo de una catástrofe humanitaria.
Tanto la compañía ucraniana Naftogaz como el gigante ruso Gazprom confirmaron que celebrarán mañana jueves en Moscú una reunión de alto nivel para intentar retomar las negociaciones.
Kiev accede así a nuevas conversaciones tras sus constantes negativas. El 1 de enero, el patrón de Naftogaz, Oleg Dubina, había insistido en que «si la cuestión es volver allí para escuchar las mismas palabras no merece la pena. Si la otra parte está dispuesta a una discusión normal y tolerante, estamos dispuestos a ir».
En la terminología de Kiev la «tolerancia» implicaría la marcha atrás de Moscú en su pretensión de poner fin a la venta con precios políticos, no de mercado, de gas a Ucrania, aliado político hasta la revolución naranja de 2004 y hoy en día alineada con Occidente.
Con la UE en mitad del atolladero, una delegación de la presidencia checa y de la Comisión de Bruselas tenía previsto reunirse con dirigentes de Gazprom ayer mismo en Berlín. Paralelamente, y en la misma capital alemana, estaba previsto un encuentro bilateral entre el ministro de Economía, Michael Glos, y el patrón del gigante ruso, Alexandre Medvedev.